lunes, 23 de agosto de 2010

Sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo

Nuestro amigo y maestro Miguel Ángel Parra bedrán, reenvía este escrito de Fernando del Paso, para llamar a la reflexión sobre el tema que se debate hoy en la sociedad, relativo a la posibilidad de adopción por parte de parejas homosexuales.
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Plegaria de los huérfanos

Fernando del Paso.
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Nosotros, Señor, los niños huérfanos y las niñas huérfanas de México te rogamos:
Déjanos gozar la plenitud de nuestra orfandad.
Nuestros padres murieron porque fue tu Voluntad. Nuestros padres nos abandonaron porque fue tu Voluntad. Porque Tú así lo quisiste, nuestras madres fueron violadas por desconocidos a los que nunca volvieron a ver, y ellas nos arrojaron a un basurero o nos dejaron a las puertas de un Templo.
Déjanos, Señor, honrar tu Divina Voluntad.
Es nuestro privilegio.
No nos entregues a la adopción de parejas del mismo sexo. Por mucho amor que piensen darnos.
Por mucho amor que, de verdad, nos den.
Preferimos el desamor del abandono.
Preferimos el desamor de la indiferencia.
Es nuestro privilegio.
Preferimos, a tener dos padres amorosos o dos madres amorosas, vivir como vinimos a este mundo: sin un solo padre, sin una sola madre. Preferimos, a tener el amor toda la vida de dos hombres o dos mujeres de buenas intenciones y buena alma, no tener el amor de nadie desde siempre y para siempre.
Preferimos el desamor de la orfandad.
Déjanos, Señor, la libertad de vivir como huérfanos en un orfanatorio. De vestir como huérfanos, el uniforme del orfanatorio. De comer, como huérfanos, la miserable comida del orfanatorio. De dormir, como huérfanos, en los multitudinarios dormitorios de los orfanatorios. Déjanos, Señor, que cuando lleguemos a los albores de nuestra adolescencia nos echen a la calle, como a todos los huérfanos, del orfanatorio.
Es nuestro privilegio.
Así honramos tu Divina Voluntad.
Déjanos, Señor, quedarnos sin estudios, crecer sin moral y sin religión, sin nadie a quien aprendamos a amar, sin nadie que nos enseñe a amarte.
Déjanos ser niños de la calle, hombres de la calle, mujeres de la calle.
Déjanos disfrazarnos de payasos y malabaristas para malganarnos la vida en las esquinas.
Déjanos ser franeleros toda la vida. Déjanos ser mendigos.
Es nuestro privilegio.
Déjanos dedicarnos a limpiar los parabrisas de los automóviles.
Déjanos ser presa fácil del crimen y de la droga, del alcohol.
Déjanos ser criminales. Déjanos ser ladrones y narcos.
Déjanos caer muertos a los veinte años de una sobredosis.
Déjanos morir de hambre en un callejón, déjanos ser asesinados en la flor de nuestra juventud.
Déjanos vivir parte de nuestra orfandad en las cárceles.
Es nuestro privilegio.
Danos la oportunidad, como se la diste a nuestros padres biológicos, de fundar hogares que podamos destruir para poder tener hijos que, con su orfandad, sean el espejo de la orfandad de sus padres y de sus madres, de su crueldad, de su irresponsabilidad, de su desapego.
Déjanos, Señor, prostituirnos a los doce, a los trece, a los catorce años.
Déjanos, Señor, ser las putitas y los putitos de los proxenetas.
Déjanos, Señor, ser pasto de los pederastas en las escuelas, en tus templos.
Pero no nos des por guía a dos mujeres, o a dos hombres, aunque todos sean, como nosotros, tus hijos, y todos, como nosotros, seres humanos. Por mucho amor que nos prometan. Por mucho amor que nos tengan. Y así nos colmen con alegrías y comprensión. Así nos dignifiquen como pobres criaturas de Dios y por mucho amor que tengan a ti mismo. No merecen nuestro amor recíproco porque no merecen, siquiera, el tuyo.
Preferimos el desamor de la ausencia. Preferimos el desamor del olvido.
Pero si es tu Divina Voluntad, Señor, darnos un hogar y arrancarnos así el privilegio de no haberlo tenido, Señor, haz que las buenas familias cristianas de México que ya tienen hijos, nos adopten; haz que todas las parejas sin hijos de México, nos adopten. A todos, Señor. Cualquiera sea el color de nuestra piel. Así seamos blancos o indios, negros. Así estemos ciegos, o cojos, o mudos. Tú, si te lo propones, Señor, puedes hacerlo.
Diles a esas buenas familias cristianas que así aliviarán sus conciencias: evitándonos ser adoptados por parejas del mismo sexo.
No nos des dos padres o dos madres, Señor. Tú nos diste el frío de la ciudad y el silencio de la noche: los preferimos al calor de sus hogares y a la dulzura de sus palabras.
Y si nada de esto puedes hacer porque no lo quieres hacer, porque tu Divina y misteriosa e inescrutable Divina Voluntad se impone a tu Divina Omnipotencia, Señor, déjanos tranquilos.
Déjanos, así como nacimos parias, ser parias toda la vida para salvaguardar tu Voluntad. Déjanos crecer desprotegidos en el desamor de la intemperie, en la periferia de la sociedad, en el vacío del rechazo y el desdén.
Déjanos Tú, tú, el Señor sin cuya voluntad no se mueve la hoja de un árbol, déjanos, Señor, que como hojas nos arrastre el viento de la soledad y la derelicción.
Es nuestro privilegio: somos los privilegiados de la Tierra porque sabemos que, gracias a tu infinita Misericordia, le has prometido, a aquellos que en esta vida habitan un infierno, que en la otra vida serán ciudadanos del Reino de los Cielos.
Gracias, Señor.
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Periódico La Jornada

Miércoles 18 de agosto de 2010, p. 2

viernes, 20 de agosto de 2010

El mexicano y el miedo al éxito

EL MEXICANO NO ESTÁ EDUCADO PARA TRIUNFAR
José Ángel Parra
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El Universal
CIUDAD DE MÉXICO
Viernes 20 de agosto de 2010
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Expertos afirman que en México no estamos formados desde la infancia como triunfadores y no existe la idea de conseguir lo que se propone
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El "miedo al éxito" que tanto observan sicólogos y sociólogos en el entorno mexicano, reaparece cada que se repite algún fracaso futbolero, como el que vivió el Guadalajara el pasado miércoles en la final de la Copa Libertadores 2010.
"En general, en México no estamos formados desde la infancia como triunfadores. No tenemos esa idea de que podemos conseguir lo que nos propongamos", comparte la doctora Lilia Pankowski, a la hora de analizar las causas del tropiezo de las Chivas ante el Internacional de Porto Alegre de Brasil.
"Creérsela y sentirse merecedores de que pueden ganar y no autosabotearse con el miedo al éxito", propone Pankowski, quien recuerda que en El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz, el autor expone ese síntoma del conquistado.
"No nos vemos como quienes realmente pueden ganar lo que se propongan, sino es ‘casi lo conseguí', es ‘tratar de hacer las cosas'. Una cosa es tratar y otra es conseguirlo, realizarlo, y aquí la gente se conforma con ‘tratar'. Es un bloqueo neurótico que se llama así, ‘trata más'. Trata, pero no lo logres, esa es la tesis", comparte la sicóloga.
Recuerda que en otras culturas, como España, Alemania, Japón o Estados Unidos, "desde niños saben que pueden conseguir lo que se propongan, pero también eso es el resultado de una disciplina, que al mexicano le falta".
A manera de ejemplo, Pankowski recuerda el reciente partido amistoso entre México y España, donde los "paseíllos" y las distinciones estuvieron a la orden del día en torno del campeón del mundo: "No sé hasta qué punto todavía se vieron a sí mismos los mexicanos como los indígenas conquistados y vieron al español conquistador frente a ellos. Eso los detonó", opina.
Al ejercicio se suma el siquiatra Gonzalo Alemán Cruz, quien agrega otros ingredientes al fracaso rojiblanco: "Creo que lo que nos falta y esto lo vemos en muchos niveles, no nada más en el futbol, es adaptabilidad a otros ambientes, ser más internacionales, menos locales. Tú ves, por ejemplo, países exitosos que tienen una colonia en todos lados del mundo y nosotros aún somos demasiado apegados a nuestros orígenes".
De hecho, prosigue, "no es un problema de capacidad, sino de adaptabilidad, porque no nada más en mi pueblito, con mi mamita, con mi papito, sino allá afuera, donde estoy solo".
Los fracasos sufridos por los denominados "grandes" del futbol, como Chivas, América, Cruz Azul y Pumas en torneos de la Conmebol, contrastan con los números del Pachuca, que con un perfil más modesto alcanza metas. Eso, según Alemán, también tiene su explicación. "Hay mucho de esto. Como que no me atrevo a ser adulto, a tener pantalones largos. Soy chiquito. Entonces se pierde, curiosamente en el momento final, a pesar de tener un buen desempeño".
De todas formas, rescata un crecimiento, aunque no con la rapidez que se requiere y también aborda el empate entre México y España, "lo cual habla de que aquí, localmente, sí pudimos desenvolvernos mejor, aquí, pero no nos atrevimos a ir a conquistar Sudáfrica", concluyen los especialistas
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Publicado en El Universal el 20 de agosto de 2010:

lunes, 16 de agosto de 2010

Supuesta carta de Condoleezza Rice a Hugo Chávez

Carta de Condoleezza Rice a Hugo Chávez
[Aclaramos que la autoría no está confirmada -lo más probable es que Condoleezza Rice nunca haya escrito esta carta-, sin embargo, sirve para reflexionar sobre los argumentos empleados]
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Sr. Presidente Chávez:
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Había estado esperando mi salida del gobierno, a que transcurriese un tiempo prudencial para enviarle esta misiva. Aunque desde el punto de vista geopolítico sus expresiones desconsideradas contra mi persona fueron deleznables, por lo cual no fueron respondidas oficialmente, no puedo negar que me produjeron malestar. Ningún ser humano puede dejar de molestarse cuando alguien se refiere a él o ella en términos procaces y desconsiderados. En el caso que nos ocupa ello estaba magnificado por el hecho de que: (1) usted era el presidente de un país con el cual mi país tiene relaciones diplomáticas; (2, usted violó el viejo dicho español que reza: “a la mujer, ni con el pétalo de una rosa”y, (3), sus comentarios tenían un componente racista que en mi país es ya definido como “politicamente incorrecto”, pero que usted aún practica con entera impunidad en el suyo.
Se refirió usted a mis escasa cultura y a una pretendida atracción que yo sentiría por usted. En primer lugar, debo decirle que anoche tuve el honor de tocar con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia, como solista, el concierto número 20 para piano de Wolfang AmadeusMozart, K.466 (sabe usted el significado de K.? No lo creo). Soy una de las más destacadas concertistas no-profesionales de los Estados Unidos. Estudié piano al mismo tiempo que me graduaba de politóloga en la Universidad de Denver. Y usted, Sr. Chávez? Me dicen que aparte de haber sido un estudiante mediocre de la Escuela Militar de Venezuela, aparentemente el refugio de quienes no dan la talla en la universidad, usted no tuvo otra educación formal. Parece ser que ello es la razón por la cual insiste en que 8x7=52 y que el hombre llegó al planeta Tierra hace 2000 años. Sin olvidar que su ortografía parece dejar bastante que desear. Sus pomposas citas son cursilonas y con frecuencia inexactas. Fíjese que solo es ahora que le digo esto, ya que jamás le hubiera echado a usted en cara su incultura y patanería, a no haber mediado su agresión a mi persona.
En segundo lugar, no creo que sentiría atracción por alguien como usted. No me refiero a su aspecto físico, el cual ciertamente no es de concurso sino, digamos, simplemente sub-standard. Me refiero a sus maneras, a la pobre calidad de su lenguaje y a la agresividad que muestra hacia el sexo femenino. Estoy informada de su manera de tratar a su ex-esposa, hasta en público, de sus ofertas machistas por televisión acerca de ‘darle lo suyo” y de la violencia que usted utilizó contra las mujeres con quienes tuvo relación en el pasado. Afortunadamente hoy no se le conoce relación con fémina alguna, excepto alguna que otra zalamería ocasional hecha a algún travestís brasileños,o a los hombres por los que tiene una gran preferencia. Por ello no podría sentir atractivo alguno por alguien que, más bien, me causa repulsión. Tampoco me sentiría muy a gusto con alguno de sus acólitos, llámese Cabello o Istúriz, apenas marginalmente más aceptables.
Usted se mofó de mi nombre, Condoleezza, relacionándolo con condolencias y tristeza. No es tal cosa, Sr. Chávez. Mi nombre es derivado de la expresión musical italiana “con dolcezza”, es decir, con dulzura. Se lo explico porque es evidente que sin esa explicación usted no tendría la menor idea de su verdadero significado. Los idiomas no son su fuerte, como lo recuerdo bien de su intento de insultar al Presidente Bush en una curiosa versión del idioma Inglés, algo que sonaba como “iu ar a donki”.
He tenido la suerte de llegar a los más altos niveles del gobierno de mi país debido a mi formación intelectual. No me hice notoria liderando un golpe de estado sangriento que dejó más de 200 venezolanos muertos, algo de lo cual usted se ha jactado, al decir “yo si estuve en un golpe, echando plomo de verdad”. En mi país generalmente (hay excepciones) la gente intelectualmente sólida entra al gobierno buscando reconocimiento y no tiene necesidad de robar. Entiendo que en regímenes como el suyo, ustedes llegan al poder sin muchas credenciales intelectuales y lo usan para enriquecerse o, como dicen algunos, “para comer completo”. Fíjese que no compartimos filosofías de la vida y que mientras yo toco a Mozart con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia usted canta rancheras mexicanas a capella, es decir, a palo seco. Mientras yo doy conferencias en las universidades usted cuenta sus peripecias peristálticas, sus retortijones en un túnel.
Bien,
creo haber puesto las cosas en su sitio. Usted ha elegido su camino, junto a los estados forajidos y grupos terroristas y narcotraficantes del planeta. Esa ha sido su decisión. Pero ella lleva consigo responsabilidad indelegable. Usted ha podido ser un discipulo de Mandela y eligió ser un discípulo de Mugabe. Ha podido sentirse orgulloso de Jose Maria Vargas y decidió sentirse orgulloso de Ezequiél Zamora. Usted eligió su camino. Su régimen terminará, como decía T.S. Eliot (un poeta de mi país, Sr. Chávez) acerca del fin del universo: “no con una conmoción sino con un susurro”. No tendrá donde esconderse.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Reflexiones para la discusión sobre el matrimonio de homosexuales en México


Carta de Jorge Saavedra a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
México DF, agosto 03 de 2010.
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Ministro Presidente Guillermo Ortiz Mayagoitia
Señores Ministros y Señoras Ministros
Suprema Corte de Justicia de la Nación
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Cuando yo era director general del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida), mi opinión fue solicitada sobre el hecho de que las Fuerzas Armadas de México retiraban del activo a todos sus miembros, especialmente soldados que resultaran positivos a la prueba de detección del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) causante del sida.
Por supuesto externé mi opinión técnica basada en la evidencia de que dar resultado positivo a una prueba del VIH es muy diferente a desarrollar el sida, pero no sólo era la evidencia basada en el conocimiento médico universal existente, sino también con la evidencia personal de llevar viviendo 23 años con el virus y poder demostrar que seguía siendo productivo para mi país.
La evidencia y estudios desde hace ya algunos años, demuestran que la reducción del número de parejas sexuales es uno de los principales factores que reducen el riesgo de adquirir y transmitir el VIH causante del sida. El matrimonio es un factor significativamente asociado a la reducción de parejas sexuales. Los matrimonios con hijos son los que duran más tiempo en una relación estable.
Por lo tanto, tener el derecho a mayor número de matrimonios con hijos en la población mayoritariamente afectada por el sida impactará positivamente en la reducción del número de nuevos casos, que en nuestro país son superiores a los 4 mil anuales.
Sé que ahora, dado que no estoy en una institución en México experta en el tema, no estoy siendo consultado sobre el asunto del derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo con derecho de adopción. Sin embargo, eso no quiere decir que no conozca del tema, no sólo como experto en Salud Pública sino también, de nuevo, por ser una persona que nació y que vive con esa condición, es decir ser homosexual.
Mis padres eran heterosexuales, al igual que los padres de millones de hombres gays, lesbianas y transgénero que vivimos en México y en el mundo; ninguna condición anómala en nuestra familia nos hizo ser homosexuales, eso no tiene evidencia ni sustento científico alguno, por lo contrario, de acuerdo con los avances más recientes de la ciencia, pareciera ser más bien una característica genéticamente heredada en donde se trata de un gen que no predomina en la mayoría de la población, por lo tanto constituimos una minoría.
Por supuesto, en nuestro desarrollo familiar y social aprendemos a aparentar y ocultar lo que somos, por temor a ser rechazados, es decir el que salgamos o no y que podamos decir que somos homosexuales, eso sí es algo que se aprende y créanme, se requiere mucho valor para aceptarlo.
Quienes crean y voten a favor de una resolución que considere que los niños adoptados por familias homoparentales tendrán un desarrollo anómalo, se basarán en creencias, porque la evidencia no existe. Que si los niños sufrirán de burlas en las escuelas, pues probablemente al igual que les pasa a los hijos de matrimonios interraciales, les pasa a los niños con padres discapacitados, les pasa a los niños con padres en extrema pobreza, les pasa a los niños indígenas cuando asisten a escuelas en donde predominan los blancos, etc., etc. Y no por eso se les prohibirá a un matrimonio de personas blancas adoptar un niño indígena o afroamericano.
Desde 1990, la Organización Mundial de la Salud quitó a la homosexualidad de la lista de enfermedades, entonces ¿cómo es que si no es una enfermedad se teme que se le pegue o se le transmita a un niño adoptado? Algo que no es una enfermedad no se puede curar aunque en nuestro caso, sí podemos aprender a reprimir nuestra orientación sexual o incluso hacernos pasar por alguien que no somos.
Una decisión de la Suprema Corte en el sentido de que las parejas gays no podemos adoptar, porque ponemos en riesgo los derechos de los niños y las niñas, desataría la necesidad de investigar la vida sexual de todos los padres y madres de familia, así como de que a nombre del Estado se les quiten a sus hijos, cada vez que se descubra que alguno de los dos tiene una orientación sexual distinta a la heterosexual. También habría que quitarle los hijos a todos los padres y madres solteros, con el argumento de que cada niño tiene derecho a un padre y una madre.
Señores Ministros, Señoras Ministras, la decisión que ustedes tomen, definitivamente impactará en nuestro derecho a la igualdad ante la ley, a nosotros y nosotras que, sin ser enfermos mentales ni criminales, somos ciudadanos que al pagar todos nuestros impuestos y cumplir con todos nuestros deberes tenemos el legítimo derecho a acceder a los mismos servicios públicos que ofrece el Estado mexicano, como son el matrimonio, la adopción y la seguridad social entre otros.
Actualmente vivo en Holanda, en donde como hombre gay tengo los mismos derechos que cualquier residente legal aquí, incluyendo derecho a matrimonio y adopción, por lo que cada vez que regreso a mi propio país no me parece que me consideren ciudadano con menos derechos que mis conciudadanos.
Quiero creer que la decisión que tomen estará basada en la evidencia, matrimonios con el derecho de adopción ya existen en 8 otros países y seguramente antes de que termine este siglo, todos los países desarrollados y todo el mundo occidental nos reconocerán.
Si, por otro lado basan su voto en las creencias personales o populares, nos afectarán, será un bache en nuestra lucha por la igualdad de derechos que estamos seguros la historia finalmente juzgará como algo negativo similar a lo que pasó con el apartheid, similar a lo que pasó a la discriminación a judíos en la Alemania nazi, similar a la prohibición a matrimonios interraciales que durante mucho tiempo existió en varios países del mundo.
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Jorge Alejandro Saavedra López, MD
Chief of Global Affairs
AIDS Healthcare Foundation
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