miércoles, 25 de noviembre de 2009

Perfil del gobernador Zeferino Torreblanca

.
El adiós del gobernador
JULIO ZENÓN FLORES
.
En un discurso que escuché del gobernador de Guerrero Zeferino Torreblanca, en un municipio de la Costa Chica, se mostraba como alguien inconforme con su propia actuación, como alguien incomprendido, que no había llegado a comprender a su vez la política y como alguien que considera que la gente de Guerrero es ignorante. En suma vi a un gobernador a disgusto consigo mismo y con la percepción que de él tiene la gente de su estado. Quizá estaba ante mi, un ciudadano que quiso enmendar la política metiéndose a ella y que salió derrotado.
Una frase que me llamó la atención fue que cuando se metió a la política fue porque no veía bien cómo manejaban las cosas del gobierno los políticos y que ahora que él mismo es gobierno cayó en la cuenta que las cosas no son como las veía en aquel tiempo, que no es lo mismo criticar estando fuera que estar dentro. “Me quitaron lo bocón”, dijo (¿o sea que el PRI estaba bien. Pregunta la R?O quizá con ese ejemplo Torreblanca pretende que sus críticos son unos bocones, que critican porque no saben lo difícil que es gobernar; quizá tenga razón, también los aficionados al futbol por ejemplo, desde las tribunas gritamos al entrenador que debió meter a tal o cual jugador, o hacer los cambios, o tal jugada; otras veces le gritamos al arbitro. No es lo mismo estar fuera que dentro.
Hay cosas sin embargo que parecen obvias.
Por ejemplo que Zeferino fue un ciudadano que no nació para la política y que pese a llegar al gobierno no dejó de pensar como ciudadano y no alcanzó a pensar como gobernante. No comprendió la política o mejor aún, no la aceptó. Él no se asimiló a la política guerrerense, muy cercana ciertamente, como él dice, a la politiquería, a la grilla ramplona y vulgar, donde los dirigentes de los partidos rara vez hablan de frente, todo lo arreglan en cónclaves y nada o muy poco en sus asambleas o convenciones formales a donde llevan todo ya cocinado entre los grupos.
Llegó al gobierno del estado y actuó como lo hace el ejecutivo de una empresa a la que llega por primera vez: no hacer cambios hasta que entienda bien como funciona la empresa y aprovechar los conocimientos del personal que le dejó el anterior gerente, incluso escuchar consejos del ex gerente.
Por eso ZTG tuvo miedo de empujar los cambios y se quedó con la gente de René Juárez, pero con el tiempo al parecer no aprendió a manejar las cosas con su propio estilo y se quedó con la gente de ex gobernador, con sus ideas, con sus políticas, con su discurso (pleno de coloquialismos y frases altisonantes) pero sin su experiencia, y optó por llevársela “de muertito”, sin hacer cambios y que las cosas se dieran por si mismas. No definió un rumbo propio y hasta el logotipo que usó Juárez en su último informe de gobierno, fue dejado como el oficial del gobierno zeferinista.
El gobernador pues, se derrotó por la inercia, renunció a ser un gobernador de transición y el cambio de partido en el gobierno fue meramente formal.
Los cambios en su equipo, el gobernador los hizo primer en su propia gente que llegó con él, ciudadanos críticos como él pero igual de inexpertos en lides de gobierno o hasta que éstos se cansaron de la farsa y lo dejaron.
Es en ese contexto que el gobernador de Guerrero cuando ve venir la crisis, se apresura a tomar medidas draconianas descargando los costos en los municipios y, como buen administrador, se prepara para trabajar con menos recursos económicos en el 2010.
Es así como se explica que piense en un presupuesto para el próximo año menor al ejercido en el presente y anuncia una propuesta de 29 mil millones de pesos frente a los 31 mil millones ejercidos y finalmente termina enviando al congreso local un proyecto de presupuesto de egresos por alrededor de 32 mil millones de pesos.
Para el gobernador la salida no es complicada aunque reconoce que es dolorosa: asfixiar a los municipios y les advierte que si quieren más recursos ¡que cobren!, es decir que aprietan al pueblo de por si apretado; nunca se le escuchó proponer a los diputados federales que llevarán una propuesta alternativa y por el contrario, resulta que actuaron mejor éstos últimos, los legisladores federales, en beneficio del estado, y pugnaron y consiguieron llevar el presupuesto a 35 mil millones de pesos, en vez de los 29 pensados originalmente por Zeferino.
¿Por qué el gobernador no pensó en pedir más y los diputados si? Sencillo; porque el gobernador sabe que no tiene peso para pedir, que no lo cobija su partido, ni su congreso local, ni sus diputados federales, ni sus colegas gobernadores.
¿de qué hubiera servido que él pidiera más si carece de peso político para obtener algo? Y sobre todo que carece de ambición. Da la impresión de que está políticamente acabado. No tiene futuro en el ámbito de la política y lo más seguro es que planea regresar a su vida de empresario, ahora si mejorada, revitalizada, con más negocios de los que tenía cuando no entraba a la política a la que ahora tanto desprecio muestra.
Los guerrerenses tuvimos la suerte de que se avecina un periodo electoral y que los diputados federales si tienen ambiciones y si tienen equipo nacional que los respalde, pues el PRI pasó a cogobernar el país desde el congreso de la Unión y gracias a eso, pelearon y consiguieron mayor presupuesto para el estado.
Es cierto, los 3 mil 500 millones de pesos más para el presupuesto de Guerrero es logro de los diputados federales, en particular los priistas y de sus alcaldes que se sumaron en un solo grupo para rebasar al gobernador y conseguir en la federación mayores recursos en vez de esperar a tronar como chinampinas ante las necesidades y el poco recurso a que los estaba condenando el gobernador y es cierto que éste sigue siendo, no ha dejado de serlo y por visto no dejará de serlo, un ciudadano con cierta visión empresarial e inconforme con la política.
.

martes, 17 de noviembre de 2009

Una reflexión sobre las Universidades "ricas"

Mi querido amigo, Eduardo Ibarra Colado, nos comparte esta breve reflexión de Sam Pizzigati, del Institute for Policy Studies (Véanse más datos en: http://www.ips-dc.org/staff/sam):
.
Una universidad rica. Harvard como Wall Street
Sam Pizzigati
.
Las imprudentes inversiones que ha realizado la Universidad de Harvard han provocado que "los mejores y más brillantes de nuestra sociedad” parezcan enormemente estúpidos. Casi tan estúpidos como una nación que permite que se sigan concentrando formidables cantidades de riqueza.
La búsqueda salvaje de obtener estas riquezas, tal y como le recordó al mundo la crisis mundial del otoño pasado, puede destruir la economía y corromper a sociedades enteras. Frente a este despropósito, las grandes universidades, en teoría, debieran ser útiles para frenar estas prácticas. Ofrecernos un refugio frente a las pasiones del mercado. Un lugar donde sobrios estudiosos pudiesen reflexionar sobre los daños que genera la frenética especulación y sobre cómo podemos reparar todo este daño.
Harvard, la mayor universidad estadounidense, no ha destacado en los últimos tiempos por ofrecernos esta clase de reflexiones. ¿La razón? Han estado demasiado ocupados intentando hacerse ricos. En el intento de amasar un mayor patrimonio, Harvard, la universidad más rica del mundo, se ha visto conducida a una debacle financiera que le ha costado el puesto de trabajo a cientos de empleados, la congelación de salarios de muchos otros, y ha dejado numerosos proyectos de desarrollo en el campus a medio hacer.
"Los inversores de Harvard han practicado los mismos juegos que los grandes bancos", dice el historiador David Kaiser, un ex alumno de Harvard. "La diferencia es que Harvard no es un candidato idóneo para un rescate financiero".
Kaiser y otros antiguos alumnos de Harvard de la promoción de 1969 llevan mucho tiempo siendo críticos con las prácticas de inversión de la Universidad. Hace seis años se enteraron de que los responsables de la Compañía de Administración de Harvard, la encargada de gestionar sus inversiones, estaban utilizando fondos de la Universidad para invertir en bonos al más puro estilo de Wall Street.
En el año 2002, sólo seis de estos gestores de inversiones se embolsaron un total combinado de 107,5 millones de dólares. Para apropiarse de estos millones, sus gerentes financieros, invirtieron la dotación de la Universidad en exóticos "derivados" que prometían altos rendimientos de dos dígitos anuales. Cuantos mayores eran los beneficios, mayores eran las recompensas para los gestores de las inversiones, y mayor era el incentivo para seguir reinvirtiendo en fondos y bonos inestables. Pero los riesgos que se tomaron fueron más allá del presupuesto asignado para inversiones.
Harvard utilizó fondos del presupuesto general para el funcionamiento de la Universidad para las mismas inversiones de riesgo. Con estas decisiones, como ha señalado el Boston Globe, violaron "una de lasreglas más elementales de la economía familiar o las finanzas: no te juegues el dinero que necesitas para pagar las cuentas de tu día a día".
¿Y qué hacían los directivos de Harvard mientras todo esto ocurría? Miraban hacia otro lado. En mayo de 2002, una empleada de la Compañía de Administración de Harvard escribió una carta confidencial al Presidente de la Universidad, Lawrence Summers, advirtiéndole de los riesgos excesivos que se estaban tomando. Nada cambió. Dos meses más tarde, fue despedida por realizar "acusaciones infundadas".
Summers, una figura polémica por méritos propios, dejó Harvard en el 2006 y volvió a la arena pública en noviembre del año pasado como Director del Consejo Económico Nacional de la nueva administración Obama. En ese momento, la industria financiera global ya se había derrumbado. A raíz de esa caída, la dotación de la Universidad de Harvard, que alcanzó un valor de 36.900 millones de dólares hace dos años, arrojaba unas pérdidas de casi 11.000 millones en apenas un año. El fondo general de funcionamiento de Harvard perdió otros 1.800 millones.
Las malas noticias no se acabaron aquí. A principios de este mes supimos que los directivos de Harvard habían ocultado unos 500 millones de dólares en la declaración fiscal de la universidad del año pasado. Los habían colocado en importantes bancos de Wall Street para cubrir una "fallida apuesta en la subida de las tasas de interés.”
Los antiguos alumnos de la promoción de 1969 han comentado en relación al Comité Especial de Dotación de Harvard, que se había dado respuesta a algunas de las quejas que habían expresado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, hace varios años se aumentaron significativamente las becas a los estudiantes. Sin embargo, declaran, siguen negándose a "reconocer los errores fundamentales que se han cometido."
Los antiguos alumnos quieren que la universidad limite los ingresos de los gestores de inversiones. "Seguimos pensando," expresaban en una reciente carta al presidente de Harvard, Drew Faust, "que ningún empleado de la Universidad debería ganar más al año que el presidente de la institución y que el hecho de que se otorguen bonos de varios millones de dólares es inadecuado en una institución sin fines de lucro".
Las críticas de los antiguos alumnos de Harvard también exigen saber la cantidad de dinero de la universidad que ha ido a parar a las manos de las empresas de inversión exterior. Ellas han gestionado, en los últimos años, las dos terceras partes de las inversiones del fondo de dotación de la universidad.
Los gestores de inversiones suelen cobrar una comisión fija del 2% anual sobre la inversión realizada más un 20% de los beneficios que se obtengan a raíz de la compra y venta de activos. Absolutamente "nadie", sigue la carta dirigida al Presidente de Harvard, "debe recibir tales compensaciones por gestionar fondos de una organización sin ánimo de lucro". El enfado de los antiguos alumnos va más allá, y exige un cambio más profundo. Piden que Harvard empiece a actuar como se espera de una gran universidad.
Las imprudentes inversiones de Harvard y el coste social que han comportado, apuntan, son espejo "de las prácticas que durante el mismo período han provocado la bancarrota de la mayor parte de nuestras instituciones financieras, con enormes costes a corto, medio y largo plazo para los Estados Unidos y la economía mundial".
"Sin ninguna duda, Harvard", señalan, "sabrá encontrar el capital intelectual, moral y financiero para hacer frente a estos últimos sucesos e iniciar un debate público sobre las debilidades de las prácticas financieras realizadas, no sólo por el bien de la institución, sino especialmente para ayudar a la sociedad a la que Harvard sirve."
Al final, el fiasco financiero de Harvard deja claro que las maniobras financieras para bombear la dotación de la Universidad y las recompensas y premios para los gerentes de inversiones de los fondos no contribuyen a la excelencia académica. La socavan. De hecho, el impresionante aumento del presupuesto de Harvard (pasó de 4.700 millones en 1990 a 36.900 millones dólares en el 2007) ha tenido lugar a lo largo de unos años que han sido testigos del deterioro general de la educación superior en los Estados Unidos. Los colegios y universidades públicas, que ofrecen la mayor parte de la educación superior estadounidense, han ido reduciendo sus servicios académicos y aumentando el coste de las matrículas, poniendo la educación superior fuera del alcance de la media de las familias trabajadoras.
Todo esto ha sucedido, en gran parte, debido a los recortes impositivos de los que se han beneficiado los norteamericanos más ricos. Ellos hacen portentosas donaciones a las universidades elitistas que los han educado, pero ayudan a reducir el apoyo del presupuesto estatal para la educación superior.
El coste promedio por año de matriculación a una universidad pública, según informó el Consejo Educativo a principios de este mes, ha alcanzado los 15.213 dólares de media. Esta cantidad debe multiplicarse por cuatro para entender el coste total de obtener una educación superior en los Estados Unidos.
"El nivel de endeudamiento que exigimos a los estudiantes", declara Patrick Callan, del Centro Nacional de Políticas Públicas y Educación Superior, "es insostenible".
¿La lección de todo esto?
Tanto en el mundo académico como en la sociedad en general, como ya apuntó el erudito Sir Francis Bacon hace más de cuatro siglos, el dinero -como el estiércol- sólo es bueno cuando se esparce.
.
Algunos datos de Sam Pizzigati, pueden consultarse en:

Entrevista a Eric Hobsbawm

.
A continuación ofrecemos a nuestros visitantes la entrevista realizada a Eric H. Hobsbwam.
.
Revueltas y rebeldes. Entrevista a Eric Hobsbawm
15/11/09
.
Entrevista realizada en París el 29 de abril de 2009. El portal La vie des idees tradujo al francés hace unas semanas esta entrevista realizada a E.H. Hobsbawm. La transcripción la hizo Feyrouz Djabali y la traducción, Sylvie Taussig.
.
La Vie des Idées: En su calidad de intelectual comprometido, ha conocido a lo largo de su vida muchas situaciones de crisis y de revueltas populares. Usted estaba en España durante la Guerra Civil, ha observado los movimientos sociales en España e Italia en la década de 1950 y estaba en la década de 1960 en Cuba cuando la guerrilla revolucionaria. ¿Influyeron estos acontecimientos en sus primeras investigaciones sobre los rebeldes; cómo?
Eric Hobsbawm: Obviamente me influyó la experiencia del tiempo que me tocó vivir, incluso en la elección de temas de investigación. Es evidente que alguien cuya politización se produjo en la Alemania de la Gran Depresión y que llegó poco después a Inglaterra para asistir a las marchas contra el hambre o a la movilización de los desempleados no puede sino desarrollar interés por estas cuestiones.
También quiero añadir que cuando me uní al ejército, serví en una unidad de reclutas de la clase obrera. Aprendí mucho de la experiencia vital de mis compañeros. Pero realmente escogí mis investigaciones en la década de 1950 a partir lo que había aprendido en mis viajes y de mis esfuerzos por repensar mis inclinaciones políticas. Como traté de explicar en mi autobiografía, también procede en gran medida de mi descubrimiento de la naturaleza de la política popular de la Italia de los cincuenta. De ahí mi interés por el pensamiento y la práctica políticas de personas que aún no habían adquirido el vocabulario moderno de la acción política, con su su sintaxis y gramática, sus instituciones y sus formas, pero que tenían su propia forma de expresar sus aspiraciones, de luchar, de protestar y de tratar de que tuvieran éxito. Empecé a pedirles a mis amigos italianos que me aconsejaran algunas lecturas, por ejemplo el estudio de Benedetto Croce dedicado a la política napolitana. Otros temas similares me llamaron la atención. Fue así como comencé a escribir mis primeros estudios sobre la política “prepolítica”.
Al mismo tiempo, me di cuenta de que estas investigaciones abrían una nueva perspectiva sobre mi concepción convencional de lo que era la política popular, es decir, los partidos políticos y las organizaciones. En ese momento pensaba que la única forma de hacer política era la moderna, y sin embargo era diferente de la que había en las mentes de muchas de aquellas personas. Es esta tensión y esta confluencia de dos tradiciones diferentes lo que captó mi interés. Se decía que en algunas regiones de Italia las personas vivían a la vez en la época de Lutero y en la de Lenin. Esta diferencia me fascinó. Mi interés por estos asuntos se acrecentó desde entonces, especialmente por la relación con las formas primitivas que se han asociado al bandidaje social. Pero esto, como ustedes saben, ha sido ampliamente discutido y no necesariamente aceptado.
La Vie des Idées: ¿Diría usted que, en la época de sus primeros compromisos políticos en la Inglaterra de los años 1930 y 1940, era una especie de francotirador o incluso un “rebelde”? ¿Hay un vínculo entre su vida y la atención que siempre ha mostrado por la gente fuera de lo común (“uncommon people“)?
Eric Hobsbawm: No creo que haya una relación personal de este tipo. En realidad, comencé a descubrir a las figuras marginales de la sociedad durante la ocupación de Alemania tras la guerra, cuando conocí a todo tipo de personas que en cierto modo no habían estado implicadas yque se encontraban en el escalón más bajode la escala social, las mujeres por ejemplo. No estoy interesado en los bajos fondos, ni en personas de baja estofa que sólo estaban parcialmente integradas en la sociedad tradicional y actuaban en sus márgenes, sino en los que componen la mayoría de la población: campesinos, poblaciones urbanas, etc. Yo añadiría que hay que distinguir estos grupos que se sabían y pensaban como marginales, como los gitanos y, en cierta medida, los judios, que funcionaban como sociedades “esteriores” y tenían sus propias normas. Vivían en una especie de simbiosis con la sociedad porque desempeñaban su rol, pero no eran menos diferentes y no reconocidos. Deliberadamente decidí no centrarme en esos grupos o fenómenos, excepto en la música popular como el jazz, que creció y se desarrolló en los márgenes. En este sentido, me he podido interesar por los márgenes, pero fue un ángulo de análisis histórico distinto al análisis de las revueltas primitivas.
Escribir la historia de la revuelta
La Vie des Idées: Al principio de su carrera era más conocido como historiador de la clase obrera británica. Sin embargo, su enfoque era diferente del de la historia obrera entonces dominante. Usted no se orientaba hacia el estudio de los sindicatos o partidos políticos, sino que fijaba su mirada particular en la estructura de la clase obrera y en grupos más pequeños, como los rebeldes de “Capitán Swing” o a los que destruían las máquinas. ¿Había ahí una manera de estudiar los “márgenes” de la historia de la clase obrera?
Eric Hobsbawm: Sí y no. Tiene razón al decir que no tenía gran simpatía por la historia tradicional de la clase obrera, que era una historia de las organizaciones y sobre todo una especie de historia evolutiva, diciendo que las organizaciones mejoran con el paso del tiempo. Era una historia de los líderes, las organizaciones, los programas. Yo estaba más interesado en cómo los trabajadores se organizaban ellos mismos dentro de los sindicatos, y en su caso en las organizaciones. Por ejemplo, uno de mis primeros estudios se centraba en cómo los trabajadores organizaron su propia migración laboral, a imagen de los artesanos ambulantes o trabajadores desempleados que fueron de un lugar a otro en busca de trabajo . ¿Cómo se organizaron? No lo estaban de forma centralizada, pero desarrollaron redes y acuerdos dentro de su propia organización. En cierto sentido, esta cuestión no sólo concierne a los trabajadores, que tenían conciencia política y que eran los actores de esos movimientos, sino también a los que se quedaron fuera. Creo que mi propia contribución a la historia del trabajo fue, a través de estos estudios, mostrar cómo estos fenómenos se desarrollaron realmente en el fondo, y no desde una historia de fechas, grandes hombres o batallas.
La Vie des Idées: ¿Cuáles eran sus relaciones con otros historiadores británicos como Edward P. Thompson, por ejemplo, en los años 1950 y 1960?
Eric Hobsbawm: Intenté encontrar mi sitio dentro de una generación de historiadores que, en conjunto, han transformado la enseñanza y la investigación histórica entre la guerra y la década de 1970. La mayoría de ellos trabajaban en el intento de casar su formación como historiadores con los descubrimientos y los conocimientos de las ciencias sociales. La mayoría también trabajaba en las transformaciones dinámicas de la sociedad, lo que explica la importancia que le daban a la discusión sobre la transición del feudalismo al capitalismo. Compartía en gran parte a estas preocupaciones, pero también y al mismo tiempo había otro aspecto que me interesaba y que, muy a menudo, era inseparable del interés por la historia de la gente de abajo. No me inspiraba tanto en Marx como en a autores como Georges Lefebvre y, de una manera especial, Gramsci, por su trabajo sobre las clases subalternas. Para mí fue una gran iluminación ver estas clases como un grupo de personas que buscaban una manera de ser una realidad en la sociedad, que la sociedad no reconocía y que ellos mismos no reconocían todavía . Por tanto, yo también me centré en la lógica y la coherencia, tanto en ideas como en acciones, de esta gente de abajo.
La Vie des Idées: ¿Qué análisis hacía de la “racionalidad” de los rebeldes que abordó en sus estudios iniciales?
Eric Hobsbawm: Sigo creyendo que es necesario un enfoque en términos de “elección racional” para entender estos fenómenos. Los actores se las ven con su propia coherencia lógica. Lo importante para el historiador es descubrir por qué tiene sentido para ellos actuar como lo hacen. Por ejemplo, ¿por qué los agricultores que ocupan tierras comienzan inmediatamente a ararlas, en lugar de limitarse a ocuparlas? Lo hacen porque creen que es imposible poseer la tierra sin trabajarla. Así, a menos que se mantenga el derecho a trabajar la tierra nadie la podrá poseer. Mi reflexión vincula esto a una larga tradición académica de pensamiento político, que se remonta a John Locke y otros, pero va más allá e intenta ver qué sentido tiene para la gente de abajo.
De la historia de la clase obrera a los Estudios Subalternos
La Vie des Idées:
Desde la década de 1980 su trabajo se ha centrado cada vez más en las grandes síntesis históricas, las revoluciones, el nacionalismo o los imperios. Al mismo tiempo, los Estudios Subalternos han propuesto renovar la escritura de las vidas de la gente común. Algunos de los fundadores de este movimiento han criticado el hecho de que haya caracterizado las revueltas de los campesinos como “prepolíticas” y consideran que esa posición revela un punto de vista “occidental”. ¿Qué piensa usted de esta crítica, y de cómo ha sido discutido su trabajo desde la década de 1960?
Eric Hobsbawm: Los investigadores de los Estudios Subalternos formaban parte originalmente de la misma tendencia, el marxismo indio. Se hicieron críticos, y opino que muy críticos, porque privilegian en exceso las hipótesis y modos de acción de la cultural tradicional. Minimizan el papel de las transformaciones económicas y sus consecuencias sobre las clases sociales. Trataron de transformarlas en una versión diferente de la rebeldía primitiva. Mi crítica es que si bien estaban en lo cierto, en la práctica, al establecer que estas personas aunque apoyaban al Partido Comunista de la India no lo hacían de una manera ortodoxa, en cambio yo percibí desde el principio los límites de esta forma de protesta y rebeldía, que era muy real, pero que era en el mejor de los casos un poder muy negativo, no positivo, de transformación. El ejemplo más obvio que conozco es el del Perú de los años 1960 y 1970, donde, de hecho, una serie de revueltas populares y de ocupación de tierras por las comunidades campesinas destruyeron prácticamente el sistema latifundista. En cierto momento, el sistema simplemente dejó de existir, pero estas comunidades rurales no pudieron hacer nada más, porque eran incapaces de coordinarse. La escasa coordinación que pueda existir debe proceder de otros lugares. En Perú, en aquel momento, provenía de un grupo de generales políticamente progresistas. Una razón de mi compromiso con el comunismo era el enorme poder de los partidos comunistas como organizaciones, que eran capaces de reunir a las fuerzas sociales y hacerlas fuerzas activas en la historia, al menos antes de ponerse encima y borrarlas, pero ésa es otra historia… Mi crítica fundamental a los Estudios Subalternos no es tanto a sus descubrimientos como a sus implicaciones políticas.
La Vie des Idées: Algunos se quejan de que los rebeldes parecen haber desaparecido de sus trabajos posteriores. A veces se tiene la impresión de que el análisis de las principales fuerzas políticas y económicas que han marcado la historia, a lo que dedicó varios libros, es difícil de combinar con una atención especial a los disidentes y los que protestan. ¿Es ésta una falsa impresión o es realmente difícil escribir grandes síntesis históricas incluyendo las ideas y prácticas de los dominados?
Eric Hobsbawm: Ante todo, debemos ser conscientes de que lo que llamamos revuelta y rebelión son categorías inventadas por los poderosos. Para aquellos que no lo son, eso no es necesariamente una rebelión, es tal vez la afirmación de derechos y reivindicaciones. Por tanto, la definición de lo que constituye una rebelión o revuelta es algo que se hace desde arriba. Yo añadiría que alguien dijo una vez que la mayoría de las revueltas campesinas de la Rusia del siglo XIX se resumen en la solemne multitud de campesinos reunidos en la plaza del pueblo arengados por los policías. Y nada más!
El concepto de rebelión o de revuelta, como tal, puede ser reapropiado por un grupo de revolucionarios, de rebeldes o de progresistas. Ferrer i Guàrdia dijo: “Yo no soy un revolucionario, soy un “rebelde “. Así que creo que prefiero abandonar el término rebelión o revuelta y hablar de movimiento de afirmación de los derechos o de manifestaciónde reivindicación de derechos.
¿Cómo se producen estos movimientos? Tradicionalmente, durante el período que más me interesa, rara vez eran espontáneos: se constituían en el seno de una matriz de las convenciones y de hipótesis sobre la forma en la que las personas se debían de comportar entre ellas y siempre dependían en cierta medida de una forma de estructura de decisión y de consejo. En los movimientos campesinos y aldeanos, incluso en su forma más primitiva, se reunían y discutían acerca de cómo decidir y actuar. Por ejemplo, en el siglo XX en los Balcanes se reunían alrededor de la oficina de correos para discutir las novedades. En ausencia del alcalde del pueblo o de otra persona importante, se recurría al consejo del maestro, quien podía tener una posición central en la formación de la opinión y, llegado el caso, en la acción. En el nivel más bajo, este papel era asumido por el zapatero. En estas condiciones, usted debe entender que incluso estos movimientos llamados “espontáneos” están en realidad estructurados. En la Francia del siglo XVIII, por ejemplo, la “taxation populaire“ no fue algo que sucedió de repente. Había formas de hacerlo, ya sabe cómo debía hacerse. Las mujeres ocuparban un lugar importante, era parte de su función.
El análisis debe hacerse en el nivel macro: ¿hasta qué punto estos movimientos son eficaces a gran escala? Tal vez deberíamos tener en cuenta los factores negativos; que luego pueden recaer en las cosas espontáneas. Tomemos el ejemplo de la deserción militar, que es una forma de acción negativa, pero que puede revelarse también una forma de acción muy importante. ¿Cuándo se desintegra un ejército? Realmente no lo sabemos y sólo podemos especular. Sabemos cuándo hay resistencia al reclutamiento en el país donde se introduce el servicio militar universal, y la cantidad de gente que trata de evitarlo, pero no necesariamente sabemos hasta qué punto puede afectar la acción negativa, en tiempo de guerra, de las personas que se niegan a entrar en combate. Creo que es a través de estas formas negativas que lo que llamamos revueltas populares manifiestan su mayor importancia histórica. Para que una acción positiva sea posible es necesario que en cierta medida esté controlada y dirigida, oficialmente o no, por grupos acostumbrados a actuar a escala estatal o nacional.
¿Quiénes son los rebeldes de hoy?
La Vie des Idées: Las formas de la rebelión sobre las que trabajó en la década de 1960 no parecen haber desaparecido. La globalización, como la industrialización en el siglo XIX, ha dado lugar a numerosas acciones de protesta, como la ocupación de tierras, tomar como de rehenes a empresarios por parte de los trabajadores amenazados de despido, manifestaciones, etc. Estas prácticas son descritaz a veces como “primitivas”, ¿pero no son una forma moderna de contestar las desigualdades sociales producidas por la globalización?
Eric Hobsbawm: En primer lugar, la tradición de la acción política proviene del desarrollo de la política popular moderna, por ejemplo la transformación gradual de la forma de las manifestaciones clásicas en manifestaciones sistemáticas institucionalizadas, ya sean mítines o formas de acción estructuradas. Pienso, por ejemplo, que una de las grandes ventajas de un país como Francia es que este tipo de acciones estructuradas integra el hecho de “salir a la calle”. Desde la Revolución Francesa, esta práctica forma parte del aprendizaje político de los individuos, educados en un país donde la política nacional ha tomado una forma jacobina, republicana, y a continuación socialista.
Al otro lado del Canal, el movimiento sindical ha desarrollado sus propias técnicas de lucha, que no siempre han sido reconocidas como tales. El luddismo, por ejemplo, es una técnica que se utiliza a menudo para hacer más eficaz la huelga y los conflictos laborales en los casos en que no se puede hacer otra cosa. Se puede citar asimismo la gran huelga general de 1842 en Inglaterra, que fue llamad “Plug Riots”, porque los huelguistas destapaban las máquinas de vapor.
De vez en cuando surgen nuevas formas de acción . Por ejemplo, durante la Gran Depresión de la década de 1930 en Francia, Inglaterra y también en América, fue muy característica la ocupación de los lugares de trabajo, sobre todo fábricas. Hoy en día, secuestrar a los patronos es otra acción. No creo que tenga sentido clasificarlo como “primitivo” o “no-primitivo. Se trata de una búsqueda de nuevos modos eficaces de acción. Debo añadir que estas nuevas formas de acción vienen determinadas en gran medida por las circunstancias. Ahora tenemos nuevas circunstancias, que no estabanen el pasado, es decir, vivimos en una “sociedad mediática”. Conseguir dar a corto plazo la máxima publicidad a una acción y encontrar una nueva manera de hacerla es una forma perfectamente racional de expresar su punto de vista. En este caso, por ejemplo, puede que tomar al jefe como rehén no tenga ningún efecto real sobre la distribución del poder, pero produce una enorme publicidad, atrayendo la atención de la opinión pública, al margen de que la publicidad sea buena o mala.
La Vie des Idées: Al final de su Historia del Siglo XX expresa su preocupación por “las fuerzas generadas por la economía técnico-científica [que] son lo suficientemente grandes como para destruir el medio ambiente”. Al comienzo de su último libro, Guerra y paz en el siglo XXI, parece preocupado por las cuestiones ambientales y la prioridad que los gobiernos le dan al crecimiento económico. ¿Cree usted que las cuestiones ambientales y la oposición al desarrollo científico-técnico son asuntos para una revuelta legítima?
Eric Hobsbawm: Éstos son temas centrales. Una de las razones por las que no soy muy optimista es que superan con mucho el ámbito de las políticas existentes. Estos problemas deben ser resueltos a nivel transnacional y, sin embargo, la política en su conjunto es la única área en la que la globalización no ha hecho ningún progreso significativo. El Estado-nación sigue siendo el único ámbito en el que es posible la acción política. Las organizaciones transnacionales están tratando de expandirse. Por ejemplo, el auge de las ONG es esencial, porque están estructuradas para poder actuar a nivel mundial. Los nuevos movimientos, encabezados principalmente por minorías importantes, han reconocido el potencial de las operaciones transnacionales, en gran parte a través de la revolución de las tecnologías de la comunicación. Se pueden citar muchos ejemplos: 1968 fue probablemente la primera vez en que las ideas se extendieron por doquier, un poco como se extiende hoy el temor de una pandemia causada por la gripe. 1968 fue un ejemplo precursor, que vino de México y triunfó en Occidente, para pasar luego a Praga y extenderse hacia el este. Fueron casi siempre movimientos espontáneos. En las últimas décadas, estas técnicas han sido utilizadas para organizar campañas mundiales, entre ellas “las campañas anti-globalización”, que en realidad dependen de la globalización. ¿Serán eficaces? No lo sabemos.
Por otra parte, una acción realmente eficaz sólo es posible si es realizada por actores realmente transnacionales. Pero hoy en día aún no existen. La mayor esperanza es se establezcan acuerdos entre los principales agentes, que no son muchos: el G20, los principales sindicatos, etc. Si pudieran ponerse de acuerdo para actuar al mismo tiempo, ciertas acciones podrían llevarse a cabo. No sabemos si pueden, pero que deben y deberían hacerlo es indudable.
.
Eric Hobsbawm es el decano de la historiografía marxista británica. Uno de sus últimos libros es un volumen de memorias autobiográficas: Años interesantes, Barcelona, Crítica, 2003.
.
Puede consultarse en:
.

Una airada llamada a la reflexión en México...

Nos llega por correo electrónico el siguiente texto, mismo que compartimos con los visitantes del blog "Reflexiones para reflexionarlas".
.
Damas y caballeros, con todo respeto, no permitan que la doble moral impere…Comprendo los ánimos, sin embrago; también entiendo lo “otro”
Hola, Tod@s
Quizá te sonaran fuertes algunos terminos utilizados aqui, pero yo he escuchado comentarios idiotas, opiniones contruidas con las mismas palabras repetidas en los medios masivos manipuladores... oí a un microbusero congratulandose "que los hayan mandado a chingar a su madre a los de luz y fuerza", a unos estudiantes de bachilleres concluir que el gobierno hizo bien en ponerle fin a tantos privilegios, a una joven decir casi gritando"ya que se pongan a trabajar bola de güevones con marchas no les van a devolver nada para que sigan robando".. a un investigador social conminar a que se haga lo mismo con la "otra bola de haraganes de otros sindicatos", a una ama de casa recordar (selas) al traer a colación cuando les tuvo que dar "mordida" para que no se llevaran su cable con el que estaba colgada del poste de su calle... si hay algo mas peligrosos que la influenza, es la enfermedad social llamada ENVIDIA y que activaron los medios para contraponer a los jodidos de este país
P.d. si tienes oidos y ojitos "santos" te sonaran muy feas algunas palabrotas...quiza lo escribio alguien que ya esta "hasta la madre" o quizo brindarnos la oportunidad de irnos a confesar con Norberto Rivera...
.
Una columna en un periódico extranjero:
En México la gente es tan estúpida que paga por su propia subordinación! Nada más hay que ver que les imponen más y más impuestos que sólo sirven para enriquecer a los políticos y al mismo tiempo para pagarle a las corporaciones policíacas que los reprimen cuando se manifiestan en contra de los impuestos. Y los mexicanos, viendo la tele. Síganle pendejos.
Mientras el gobierno sigue hundiendo a México en la más deplorable y extrema pobreza, endeudamiento y sigue entregando todas las riquezas y la economía del país a extranjeros a cambio de favores y millones de dólares para la clase rica del país ¿qué hacen esa bola de imbéciles mediocres Mexicanos?, ¡están viendo el futbol y las telenovelas ¡ Síganle pendejos,
El país esta viviendo la peor crisis de su historia, está hundido en el hambre y el desempleo peor que en una economía de postguerra, los políticos saquean al país hasta la médula, el gobierno solo está para enriquecerse y para atender intereses extranjeros y de los ricos, la policía y el ejército reprimiendo al pueblo ¿Y que hace ese pueblo de tarados, guevones, conformistas, pendejos? ¡Se están atacando entre ellos! Claro si yo estoy jodido, ¿cómo va a tener mi vecino algo mejor que yo? ¡Hay que ponerse en la madre entre jodidos!
Mientras se terminan los recursos naturales, el agua, el petróleo, los metales, etc y todo, absolutamente todo se va al extranjero ¿Qué hace el pueblo Mexicano, ese pueblo tercermundista, mediocre, imbécil? El pueblo sigue consumiendo productos extranjeros en lugar de consumir los productos de su propio país que generan empleo y activan la economía propia. ¡Despierta Mexicano!, compra en la tiendita y en los mercados, no vayas a Walmart ni a ninguna cadena de autoservicio en manos de extranjeros, mejor come sopes, tacos, o tortas en el puesto de la esquina, al menos morirás de colesterol y no morirás de hambre. CONSUME LOS PRODUCTOS HECHOS EN MÉXICO, no seas pendejo ¿que no ves que a todos se los está cargando la chingada?
Si eres tan pendejo que todavía crees que a ti NO te afecta que el gobierno despida a 44 mil trabajadores de Luz y Fuerza y le crees a Televisa y a TV Azteca que estos trabajadores vivían en los lujos con unos sueldazos de miedo y que son los culpables de que el país esté a punto de una guerra civil, nada más piensa idiota ¿cuántas familias se quedaron sin ingresos? ¿cuántos de esos trabajadores y sus hijos consumían lo que tú produces o vendes? Y lo más importante ¿Ya viste los súper privilegios que tienen los Diputados y Senadores, los ministros de la suprema corte, los presidentes y gobernadores, los expresidentes, los del IFE, etc? Y sabías que tú les pagas esos lujos con tus impuestos, ah pero como eres un estúpido PREFIERES darles tu dinero a los mismos que te están cogiendo, pero eso sí que les quiten los lujos a los trabajadores del infierno... malditos ¿cómo es que ganan más que Yo? Síguele pendejo, tus hijos te lo agradecerán.
Si trabajas en un banco no te extrañes que la rato las televisoras digan que tú también tienes un chingo de privilegios, no mames tienen médicos chingones y los más caros ¡y se los paga el banco!, ah cabrón eso sí que no, que también se chinguen a los de los bancos no mamen tienen un chingo de privilegios.
Si trabajas en alguna cervecera como Grupo Modelo y TODO EL MUNDO SABE que les dan un chingo de dinero de Reparto de Utilidades, cuidado al rato que un español quiera poner una cervecera en México y le ordene al pendejo del presidente y la bola de mierdas de su gabinete que les pongan en la madre no te extrañes que nuevamente te avienten al aparato de las televisoras y te pongan al pueblo en contra diciendo: "Esos gueyes ganan un chingo, sí que los corran a todos, si yo estoy jodido que todos estemos jodidos.." Aguas cabrones ¿o piensan que a ustedes no les va a tocar?
Si trabajas para el IMSS, ISSSTE, PEMEX, CFE o eres cualquier burócrata de cualquier dependencia de gobierno y lo único que piensas es " Ya se cogieron a los de Luz y Fuerza, pero está bien eran unos guevones poca madre, al fin a mi no me afecta..." Aguas pendejo, a ti también te va a cargar la chingada, igual que a millones de mexicanos pusilánimes, cobardes, poco hombres, mediocres, conformistas, imbéciles, analfabetas; pero Síganle pendejos, sus hijos se lo van a agradecer.
Si trabajas en Telmex o Telcel peor tantito, ya les han estado echando cagada en todos los medios de comunicación y crees que la gente va a defenderte, pobre pendejo, recuerda que vives en México donde el guey de junto está viendo como ponerte en la madre, aunque no gane nada, ya con verte jodido se conforma. ¿No eres capaz de dejar de ver el futbol y las novelas al menos una semana? ¿No? Espérate pendejo, cuando te corran y te manden a la verga como a los del SME vas a tener que dejar de ver la pinche TV a güevo y entonces te vas a lamentar de haber sido tan pendejo.
Si trabajas para una aerolinea seguramente ya sabes lo que es que te despidan y te contraten por outsorcing, sin embargo cuidado porque al rato los de televisa van a salir conque ¡les regalan boletos! pinches güevones de mierda, ah no que se los quiten, pinches privilegios no mamen.
Mexicano, eres un pobre pendejo, tienes el PODER en tus manos, primero la resistencia civil PACÏFICA, presionando la economía, apaga la TV hasta que digan la verdad, no consumas en esas cadenas de autoservicio extranjeras, exige a tu diputado local que vote en contra del alza de impuestos, él es tu representante, está obligado a escucharte y a llevar tus peticiones a los niveles más altos ¿Tan siquiera sabes quién es el diputado de tu distrito electoral?
Si la resistencia civil no es suficiente organízate, únete y por tus hijos ve a la lucha. Los derechos se ganan, ten los güevos de pelearlos, al menos para tus hijos.
.... Pero, casi lo olvido, Mexico es el país de NO PASA NADA, ni siquiera creo que tengas los huevos de reenviar este correo.
.

viernes, 13 de noviembre de 2009

La hormiga y la cigarra, versión mexicana

Nuestro amigo César Julián Bernal, nos hace llegar el siguiente mensaje, que queda para la reflexión:
.
DOS VERSIONES, DE LA MISMA HISTORIA
.
VERSIÓN CLÁSICA
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra, tiritando, sin comida y sin cobijo, muere de frío.
.
VERSIÓN MEXICANA
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra, tiritando, organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre.
La televisión organiza un programa en vivo en el que la cigarra sale pasando frío y calamidades, y a la vez muestran extractos del video de la hormiga bien calientita en su casa y con la mesa llena de comida.
Todo mundo se sorprende de que en un país próspero como el suyo dejen sufrir a la pobre cigarra mientras hay otros que viven en la abundancia.
Las asociaciones contra la pobreza, la APPO, la Sección 22 y la Comisión de Derechos Humanos se manifiestan delante de la casa de la hormiga y la pintarrajean.
Los periodistas organizan una serie de artículos en los que cuestionan cómo la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra... e instan al público a opinar en sus encuestas telefónicas y on line, a través de una mañosa pregunta donde tienen qué escoger si son partidarios de la igualdad o de la discriminación. ( Como la 'egoísta e insensible hormiga')
Respondiendo a las encuestas de opinión, el congreso se pronuncia por una Ley sobre la igualdad económica y una Ley Anti-discriminación.
Los impuestos a la hormiga son elevados notoriamente y por si fuera poco, se le asigna una altísima multa porque no se hizo cargo de la cigarra, en el invierno.
La hormiga decepcionada, empaca y termina por irse a otro país, donde su esfuerzo sea reconocido y pueda disfrutar libremente de los frutos de su trabajo... donde no se le juzgue ni se le castigue, cuando tenga éxito.
La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras que esperan a que alguien llegue a donarles el alimento y los recursos para sobrevivir dignamente.
Al gobierno se le reprocha no poner los medios necesarios.
Los partidos proponen una comisión de investigación pluripartidista, que costará 100 millones de pesos.
Entretanto la cigarra muere de una sobredosis de holganza, comida y cerveza. Los medios de comunicación comentan el fracaso del gobierno para corregir las desigualdades sociales y la injusticia económica.
La casa termina siendo ocupada por una banda de arañas inmigrantes.
.
A reflexionar!!!

jueves, 12 de noviembre de 2009

El fin del libro impreso...

En REFORMA, del 12 de noviembre de 2009, apareció la siguiente nota:
.
Declaran editores fin del libro impreso
La lectura electrónica gana cada vez más terreno, estiman editores
Jorge Ricardo
Ciudad de México (12 noviembre 2009)
.
Al conmemorar el Día Nacional del Libro, editores y académicos declararon la muerte de las publicaciones impresas y la preponderancia de los medios virtuales.Una Universidad no es ya su fondo editorial, como consideró Umberto Eco, sino su imagen en la red, la presencia electrónica de su actividad científica, docente y cultural, afirmó el director general de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, Camilo Ayala Ochoa.
Al dar inicio al encuentro "El Futuro del Libro", organizado en la Sala Carlos Chávez, del Centro Cultural Universitario, Ayala Ochoa ofreció un recuento de la desaparición de periódicos, editoriales y librerías en todo el mundo.
"El 26 de agosto de 2009 salió el último número de la Familia Burrón, este año la compañía editorial de la revista Rolling Stone México dejó de existir y el Gobierno Federal pidió a sus dependencias suspender el gasto de publicidad en medios impresos", recordó el funcionario. "De 2004 a 2007 cerraron 2 mil 100 empresas de impresión. La Cámara Nacional de Industrias de las Artes gráficas dicen las 14 mil 900 imprentas mexicanas trabajan a un 50 por ciento de su capacidad y las más de 50 impresoras que brindan servicios a la UNAM tienen el 70 por ciento del trabajo que tuvieron el año pasado".
En su opinión, en el futuro la lectura se volverá completamente electrónica, un medio que atrae cada vez más el gusto de los lectores que han obligado a los periódicos mexicanos a reducir sus tamaños y dar mayor importancia a sus páginas web.
"Existen mil 700 millones de internautas y 133 millones de blogs, cada día se crean 150 mil blogs y 1.4 millones de post. Ahora se dice: ten un hijo, siembra un árbol y escribe un blog. No es mejor o peor escritura que antes, pero lo cierto es que se escribe más", indicó.
El futuro del libro es digital y eso es muy claro aseguró el académico de la Facultad de Filosofía y Letras Federico Álvarez Arregui. Sin embargo, la discusión no debe ser esa, sino la sobrevivencia de la lectura.
"La tecnología no se va a detener. El problema no es el libro, el problema es la lectura. Habrá qué ver si ese archivo que bajamos a nuestra computadora y que trae el texto de 'La Guerra y la Paz', las ilustraciones y hasta la película realmente serán atendidos", consideró.
"Hay qué reconocer que la única manera que tenemos para enriquecer nuestro pensamiento y defender nuestras ideas es mediante la lectura de los buenos libros vengan en el formato que vengan", consideró.
.
Consultado en:

viernes, 6 de noviembre de 2009

Un texto de René Drucker Colín: Preguntas ciudadanas

Preguntas ciudadanas
René Drucker Colín
.
Cuando veo al día de hoy el México a mi alrededor, con frecuencia me pregunto: ¿cómo es que teniendo un país tan diverso, hermoso y rico en posibilidades tenemos al desastre que nos ahoga en este momento histórico? Yo, como ciudadano, me pregunto: ¿por qué razón es necesario tener en el Distrito Federal alrededor de 30 mil topes en las calles y quién sabe cuántos miles más en el país? ¿Será porque nadie respeta al peatón y nuestro nivel de civilidad está casi en ceros?
Porque nos estacionamos donde se nos pega la gana y a veces hasta en triple fila, sin importarnos a nosotros, y menos a las autoridades, la ilegalidad de esto, aparte del efecto que tiene en la vialidad y la contaminación. Porque tiramos la basura en la calle sin ningún pudor y luego nos quejamos de que las autoridades no desazolvan.
¿Será que nuestro cinismo rebasa nuestro interés por el bien común? Porque cuando llegamos a una oficina pública a hacer el trámite que requerimos nos atienden como si fuéramos delincuentes o como si estuviéramos molestando y pidiendo un favor, siendo que a los empleados se les paga para dar servicio.
Porque tenemos uno de los peores sistemas de transporte público terrestre del mundo, inundando las calles con esos peseros inmundos, con choferes más inmundos que sus vehículos y sin ningún respeto hacia la población, sea ésta la que usa el servicio o la que no lo usa. Porque no existen suficientes agentes de tránsito, y los que hay no hacen su tarea de manera efectiva y no ejercen su autoridad.
Porque tenemos cada vez más viene-vienes, ambulantes, valet parking y guaruras, en lugar de que el país pueda ofrecer empleos productivos y bien remunerados a la población en general.
Porque las calles están llenas de baches y tardan tanto en arreglarlas; porque impera tanto la impunidad, porque casi no existe un espacio donde no se genere la mordida o la corrupción en general; porque la educación básica, tanto pública como privada, es de tan mala calidad, lo cual redunda en las pésimas calificaciones que obtenemos en las evaluaciones internacionales; porque tenemos tantas carreteras deficientes y tan pocas de calidad; porque tenemos un sistema ferroviario tan raquítico, que no cumple con las necesidades de un país moderno como debería ser; porque teniendo tantas cosas que ofrecer, tenemos tan pocos turistas extranjeros, comparados con otros países que nos envidian por nuestro abanico de posibilidades turísticas; porque tenemos una programación televisiva tan llena de basura y con tan poco contenido educativo y cultural; porque está presente el fatídico dicho de que “el que no transa no avanza”; porque la frustración ciudadana es tal que cualquier grupo puede sentir el derecho de bloquear cualquier calle o avenida u obra para tratar de hacer valer sus derechos, aunque esto afecte los derechos de miles de otros ciudadanos, porque impera tanto la impunidad; porque hemos logrado colocarnos en el segundo lugar en los índices de obesidad y en los últimos lugares en aspectos relacionados con educación, ciencia y tecnología. Y así nos podríamos seguir.
Si analizamos todos estos porqués, queda claro que hay una culpa compartida entre gobierno y gobernados. A estos últimos nos falta civilidad; necesitamos –es imperativo ya– cambiar nuestras actitudes y enfoques. Requerimos respetarnos más y pensar en el bien común. Vivir bien o mejor y tener mejor calidad de vida implica ciertos sacrificios, pensando mucho en cuáles son las acciones y actitudes que debemos tener hacia los demás. No pretendo moralizar; simplemente ya basta de estar viendo sólo por nosotros mismos: hay que aprender a respetarnos más los unos a los otros.
Por otro lado, el sistema político mexicano requiere una profunda limpieza, ya basta de partidos que son negocios familiares (léase Partido Verde, etcétera). Asimismo, se requiere que las autoridades ejerzan más su autoridad, no queremos una dictadura, pero sí hacer que se cumpla la ley, pero permanentemente, no con ocurrencias mensuales que se olvidan poco después de haberlas anunciado.
La profunda crisis por la cual atraviesa nuestro país tiene mucho que ver, a mi juicio, con una trayectoria política de muchos que se han dedicado desde hace mucho a saquear al país y, en consecuencia, la población en general ha atravesado procesos de enorme frustración que han generado un síndrome de individualismo que nos ha hecho perder la civilidad y el interés por el país y el bienestar común.
Sin duda, a lo largo de su historia México ha tenido hombres y mujeres de enorme valía, pero hay demasiados baches en el camino hacia la construcción de un mejor país para todos los mexicanos.
.
Consultado en:

jueves, 5 de noviembre de 2009

Entrevista a Mario Bunge


"Hay nubes negras en el horizonte". Entrevista
Mario Bunge · · · · ·
.
El periodista Héctor Pavón entrevistó al filósofo Mario Bunge para la Revsita Ñ, suplemento cultural del diario argentino Clarín.
.
Critica a casi todos. Dice que las redes virtuales son superfluas, que los economistas son enemigos del pueblo, que Heidegger era un charlatán y que vendrán guerras por los recursos. Pero apuesta por la democracia participativa, el desarrollo, la igualdad y el bien común.
El Estado es imprescindible, dice, y agrega que no puede estar sometido a unos pocos, a una minoría.
Además de físico, filósofo y epistemólogo, Mario Bunge es humanista en la teoría y en la práctica. Un hombre que reivindica la actitud liberal de quien defiende la libertad y ejercita un pensamiento progresista. Y también provocador. Polémico y con pocas pulgas: así se refiere a quienes no respeta. Bunge ha llegado a la síntesis hegeliana de su pensamiento al publicar un libro enorme en tamaño y en ideas que se llama simplemente Filosofía política (Gedisa). Desde que la Noche de los bastones largos lo expulsó del país, Bunge vive en Canadá, donde también piensa y escribe sobre este mundo, que muchas veces suele indignarlo. Una mañana, desde Montreal conversó por teléfono con Ñ y contó cómo es la democracia, la ideología, el bien común y el sistema lógico que desearía compartir con muchas personas de este planeta.
-¿Cómo opera la lógica en la política cotidiana? Usted cita frases de George Bush que no resisten el análisis lógico...
-En la política cotidiana no se trata de argumentar a favor o en contra, sino más bien de persuadir. Se usa el arte de la retórica, de la persuasión que es muy diferente de la lógica que usan los científicos. El discurso político, aun cuando sea honesto, recurre a trucos retóricos porque se trata de convencer al votante y se recurre a argumentos de tipo sentimental. En este momento, se está debatiendo en EE.UU., algo muy raro porque el debate de ideas casi no existe en ese país, acerca de los planes de Obama, de reformar el sistema de salud. Las compañías farmacéuticas, las de seguros y el Partido Republicano recurren a mentiras. Dicen que el sistema canadiense es malo cuando es al revés, es muchísimo mejor y más barato que el norteamericano; unos dicen que la socialización de la medicina equivale al comunismo y otros, al nazismo. Amenazan: mucha gente va a los mitines con armas, las exhiben y dicen que están dispuestas a defender la medicina privada con sus ¡vidas! Cuando hay grandes intereses de por medio, la retórica reemplaza a la lógica.
-Usted dice que en la política es tan común la estupidez como la racionalidad. ¿Quiénes son los que pregonan esa estupidez?
–Los malos filósofos. Como Nietzsche que no era filósofo sino panfletista: no resolvió ningún problema filosófico importante, pero sí difundió una ideología reaccionaria, proto-fascista. Los anarquistas admiraban a Nietzsche porque era anticristiano, porque peroraba en contra del establishment, y no se daban cuenta de que era antidemocrático, misógino, que estaba en contra de los sindicatos, que preconizaba la dictadura, el predominio del súper hombre. Nietzsche era el filósofo favorito de Hitler, otro: Heidegger preconizaba la estupidez, porque se reía de la lógica, negaba la racionalidad, y porque escribía de manera totalmente incomprensible. Se cree que Heidegger fue un filósofo nazi, pero eso fue un error. No era un filósofo, era un charlatán.
-En su libro elogia las redes sociales. ¿La aparición de comunidades virtuales como Facebook, ha modificado ese espíritu?
–Sí, pero son comunidades muy flojas porque los vínculos que los unen son puramente informáticos; una cosa es una relación cara a cara y otra es una relación a través de una pantalla. Yo tengo amigos postales a quienes nunca he visto en mi vida, con quienes me escribo desde hace 20, 30 años, y los considero amigos porque intercambiamos ideas, nos ayudamos mutuamente, pero en un plano muy abstracto. Las relaciones que suele hacer la gente en Internet son muy superficiales. Cuando yo era chico había otra red: la de los radioaficionados, tipos que tenían un equipo de radioemisora, retrotransmisora y receptora en un altillo y se comunicaban con gente en Australia, por ejemplo. Las conversaciones eran del tipo: "Hola, ¿qué tal?, ¿qué estás haciendo? ¿Hace lindo tiempo ahí? ¿qué comiste?" Todos temas intrascendentes. Es muy diferente de las redes profesionales, de científicos o de políticos que están tratando problemas serios, ya sea cara a cara o a través de la pantalla. La pantalla disminuye mucho la intensidad de las relaciones sociales.
-¿Usted asesoraría a un gobernante como intelectual?
-Sí, cómo no, desde luego. Pero la desgracia es que los gobernantes casi nunca consultan a los científicos; consultan a los economistas, y casi siempre a los malos. Por ejemplo, Obama, a pesar de sus buenas intenciones, está rodeado de economistas de la época de Bush o de Clinton, que son responsables de la crisis actual. Son personas que asesoraron a los gobiernos anteriores diciéndoles que había que desregular ésta o aquella industria; empezando por Ben Bernanke, que es el presidente del Banco Central, Larry Summer, que fue presidente de Harvard University. En ese entonces, Summer dio sugerencias sobre las inversiones y Harvard llegó al borde de la bancarrota. Ronald Reagan se hizo asesorar por Milton Friedman quien dio recomendaciones que hicieron que la economía norteamericana cayera en crisis. En cambio, en la gran recesión que empezó en 1929, el gobierno de Roosevelt se asesoró por discípulos de Keynes. Es decir, esa vez sí consultaron a un buen economista, uno de los pocos que no era enemigo del pueblo. La mayor parte de los economistas son enemigos del pueblo. Como dijo Nassim Nicholas Taleb: son como astrólogos pero mucho más peligrosos.
-¿Cuánto cree que se ha transformado el concepto de seguridad? Pareciera que en nombre de la seguridad hoy se resigna libertad. ¿Es un mal necesario?
-No, yo creo que no, que es al revés. Solamente en una sociedad democrática puede haber seguridad, porque la gente participa y, en lugar de esconderse en pequeños grupos subterráneos ilegales, saca la cara y combate en defensa de las libertades. Por otro lado, en la sociedad actual no hay seguridad económica, a uno lo pueden dejar cesante de la noche a la mañana. Tampoco hay seguridad ambiental; uno no puede tener seguridad de que el aire que respira o el agua que bebe están libres de contaminantes. No hay seguridad sanitaria, digamos. Hay muchas clases de seguridad. La política de Bush fue igual que la de Hitler: decirle a la gente que estaba bajo amenaza para que aguantaran cualquier cosa. Cuando en el Juicio de Nüremberg le preguntaron al mariscal Goering cómo se las arreglaron para persuadir al pueblo alemán de que tenía que seguir fielmente las órdenes del Führer, dijo: "Es muy simple, los convencimos de que estaban bajo amenaza, de que la nación alemana estaba en peligro de ser destruida de adentro por los judíos y de afuera, por los bolcheviques". Bastó eso para que aceptaran todas las medidas de emergencia. Y lo mismo pasó con el 9/11. Bush convenció, con la complicidad de los grandes medios, a la población de que EE.UU. estaba bajo ataque. Y era mentira. Eso de la guerra contra el terrorismo es ridículo, lo que requiere es una operación policial, no una movilización de todo un pueblo. Los norteamericanos estaban completa y políticamente ciegos.
-¿La idea de un bien común, se modifica cuando se multiplican los guetos? Hay guetos voluntarios de ricos, involuntarios de pobres, hay minorías sexuales, tribus urbanas, que busca cada una su bien común. ¿Quién busca el bien común...?
-Es que no son bienes comunes. El bien común existe desde el comienzo de la civilización. Justamente ésa es una de las características del comienzo de la civilización; aparece la división de clases, aparecen los ejércitos permanentes, pero también aparece un hecho nuevo: el bien común para el cual hay que imponer impuestos. Por ejemplo, las carreteras, los puentes, los templos, los graneros, las reservas de agua, etcétera, son todos bienes comunes, y la función del Estado es doble: no solamente mantener el orden social sino también administrar el bien común. Es cierto que cada grupo tiene sus intereses particulares y también es cierto que la escuela nos enseña –o nos enseñaba– que hay un bien común que hay que proteger y enriquecer; pero es muy difícil, sin democracia participativa es muy difícil convencer a la gente de que no tiene que dañar los edificios públicos, de que tiene que tratar de mejorar el alumbrado o el servicio sanitario y agruparse en sociedades vecinales, de fomento.
-¿Qué se entiende por ideología hoy? ¿Existe aún?
-Una ideología es un sistema de juicios de valor, de propuestas sobre la conducción de la política; contiene una visión de la sociedad, y datos. Lo que se puede prescindir es de una mala ideología, de una ideología fundada sobre mentiras o de una que sirve solamente a una pequeña minoría. Yo creo en las posibilidades de construir ideologías científicas, es decir, ideologías que se basen sobre los datos de las ciencias, de las distintas ciencias, en particular las ciencias sociales. Por ejemplo, que la libertad hace bien a la salud, y que la opresión daña la salud. Ese es un dato importante. También, es un dato importante saber que los chicos desnutridos no aprenden bien. Los mexicanos encontraron ya hace medio siglo que la corteza cerebral de los chicos pobres es mucho más delgada que la corteza cerebral de los chicos de familias acomodadas, por eso es que andan mal en la escuela, su cerebro funciona mal porque están hambrientos. Una ideología progresista, una ideología científica va a tener en cuenta esos datos de las ciencias médicas, de las ciencias sociales.
-¿La democracia ha cambiado lo suficiente para adaptarse al mundo de hoy...?
-Fue una gran revolución la introducción de la democracia política. Pero no basta porque no da de comer, hace falta la democracia económica, es decir, una repartición más justa de los bienes materiales, hace falta democracia biológica, o sea, igualdad de sexos, de los tres sexos; igualdad de razas también; hace falta democracia ecológica o ambiental, para evitar que los recursos naturales, que la naturaleza sean apropiados por unas pocas corporaciones que la arruinan, que la explotan en forma que no es sostenible. Yo propongo una democracia integral, que sea a la vez biológica, económica, cultural y política. En la Argentina, desde la época de Sarmiento en adelante se ha gozado de cierta democracia cultural o por lo menos educativa. La enseñanza ha sido siempre gratuita, abierta a todo el mundo. Pero lo malo es que una escuela gratuita pero pobre no sirve.
-¿Cómo imagina que será la democracia en el futuro?
-Todo depende de si los ciudadanos siguen en su mayoría apáticos, indiferentes a la política o asqueados por la política, en lugar de tratar de mejorarla. Tenemos que actuar en política, discutir y ver cuáles son los problemas que debieran abordar los partidos políticos y las agrupaciones políticas no partidarias. En cada barrio debería haber una agrupación no gubernamental que estudie los problemas del barrio, los problemas urbanos, económicos, culturales, y que sugiera soluciones, que inviten a conferencistas, que hagan trabajos sobre distintos problemas; que la ciudadanía participe activamente en la construcción, reconstrucción y modernización de las instituciones.
-¿Hacia dónde va el papel del Estado, teniendo en cuenta la importancia que tuvo en la definición de la crisis global?
-El Estado es imprescindible, pero no puede estar sometido a unas pocas empresas, no puede estar sometido a una minoría. Hay Estados más o menos neutros en que eso no pasa, por ejemplo en Suecia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Finlandia, donde predomina el Partido Socialdemócrata. Es cierto que Berlusconi en Italia es un delincuente que los italianos estúpidamente han elegido tres veces; pero lo único que ha logrado Berlusconi es cambiar la industria de la comunicación, se ha apoderado de casi todos los medios, pero los gobiernos de Berlusconi no han cambiado la estructura social. Italia sigue siendo un país en que la mayor parte de la población es propietaria de su casa, la mayor parte de la población es de clase media y no hay ya la miseria que había hace 50 años. El Estado moderno en los países llamados de bienestar capitalista, o llamados socialistas, cumple un papel positivo, bastante positivo.
-¿Es optimista o pesimista sobre el futuro de la humanidad?
-No soy pesimista ni optimista, soy realista. Creo que hay posibilidades de desarrollo progresivo, de mejorar la manera en que vive la gente, pero no estoy para nada seguro de que se realicen porque hay muchas nubes negras en el horizonte. Los recursos energéticos básicos están disminuyendo, de modo que es casi inevitable que haya nuevas guerras de petróleo. La sobrepoblación sigue siendo una nube negra; la erosión de la tierra; la contaminación del ambiente. Pero también es cierto que se dispone cada vez más de una ingeniería y de una química capaz de resolver muchos problemas. Hay posibilidades de ir adelante, y también hay posibilidades de ir atrás. Si seguimos poniendo la economía en manos de aventureros y de gente ignorante, entonces, vamos a seguir sufriendo crisis. Y con cada una de estas crisis se barren, desaparecen miles y miles de millones de bienes; y por supuesto, millones de vidas quedan arruinadas, las vidas de los desocupados. Hay maneras de ir para adelante, la cuestión es saber si los ciudadanos van a tomar interés en el futuro o van a seguir apáticos, marginados.
.
Mario Bunge es el más importante e internacionalmente reconocido filósofo hispanoamericano del siglo XX. Físico y filósofo de saberes enciclopédicos y permanentemente comprometido con los valores del laicismo republicano, el socialismo democrático y los derechos humanos, son memorables sus devastadoras críticas de las pretensiones pseudocientíficas de la teoría económica neoclásica ortodoxa y del psicoanálisis “charlacanista”.
Revista Ñ, 10 octubre 2009
.
Consultado en:

México: formulismo y derecho, de Carlos Montemayor


México: formulismo y derecho
Carlos Montemayor
01/11/09
.
Los gobiernos mexicanos suelen retornar cíclicamente a una concepción del derecho que daña ciertos contenedores de la vida social útiles para resolver conflictos actuales y del futuro inmediato. Cíclicamente, los gobiernos mexicanos pierden de vista el valor social, impersonal, del derecho. Olvidan que el orden de derecho sólo es útil cuando aceptamos que es posible remitir toda conducta de grupos sociales a una normatividad que nos cohesione y nos asegure que las decisiones y acuerdos vayan más allá del interés que podría prevalecer en una empresa familiar cuyos dueños cambien a su antojo la administración. En estos retornos cíclicos los gobernantes mexicanos confunden el régimen de derecho con un régimen de formulismo legalista. Las nociones del derecho se alejan de la administración pública y del lenguaje oficial. Todo acto de decisión política tiene consecuencias de derecho que van más allá, o que no son necesariamente equivalentes a la formalidad legal.
El país ha resentido en los recientes gabinetes presidenciales la presencia de funcionarios y economistas que confundieron el derecho con una herramienta ocasional de criterios administrativos, más que de criterios jurídicos, sociales o políticos. Esta confusión siempre necesitará de destacamentos militares y policiacos para apoyar los formulismos legales. No podemos escamotear a la sociedad mexicana el derecho y dejarle solamente la cáscara del legalismo. Proceder así nos puede llevar a un despeñadero mucho más grave que el de una espiral inflacionaria.
Si se tiene que recurrir a las bayonetas y cuerpos policiacos en conflictos sindicales, campesinos e indígenas, no se debe a que la sociedad mexicana se resista a aceptar el orden legal, sino justamente a que los poderes de la Unión y de los estados, y los funcionarios federales, no quieren fortalecer el régimen de derecho.
Hay leyes en el país que no se cumplen, que se violan, que son letra muerta, que se modifican o se interpretan según convenga a los intereses del nuevo postor. Los mexicanos sabemos que los laberintos de los tribunales están entre los sitios más inseguros del país. Todos los mexicanos tenemos una idea fija, verdadera o no, comprobable o no, del imperfecto y parcial desempeño del Poder Judicial en los estados y en la nación, y ya no digamos en la procuración de justicia, sinónimo de agresión, arbitrariedad, impunidad, delincuencia. Necesitamos salvaguardar un mínimo decoro de justicia. No reducir los valores de justicia y equidad al legalismo formulista; no confundir el inmenso universo político, histórico y moral del derecho con la aplicación mecánica, rigurosa o corrupta de un conjunto de leyes precipitadamente adaptadas al gusto del poder. El sentido del estado de derecho es más vasto que el formulismo legalista y algo mucho más noble y complejo que cierta interpretación de las leyes con que a gran parte del pueblo de México la acorralan, engañan o amenazan. El derecho no está al servicio del gobierno, sino del Estado.
De manera cíclica, muchas agrupaciones financieras, industriales, gubernamentales, policiacas y militares se entronizan como las más elevadas instancias de derecho y de justicia en México. Todas hablan a su modo y conforme a sus intereses de legalidad, justicia, orden y defensa del estado de derecho. Cada una tiene su idea propia del orden jurídico y cada una, a su modo, dice defender la legalidad y la integridad del Estado. Todos los órganos del Ejecutivo federal, todas las policías del país y todos los grandes consorcios nacionales y extranjeros se erigen en instituciones especializadas en decir, juzgar y decidir qué es lo justo, equitativo o procedente. Esto ha venido provocando en el país un deterioro cíclico de todas las instituciones, que deberían asegurar la integridad de la nación, y un aumento alarmante e indigno de la demagogia, la represión y la corrupción.
En el ciclo actual, la ominosa decadencia del derecho asoma en el caso Atenco, en el resurgimiento de las desapariciones forzadas, en la impunidad de los asesinos de Acteal, en los regímenes fiscales especiales, en las violaciones a derechos humanos perpetradas por ejército y policía federal en campañas ineficientes y brutales contra el narcotráfico, en la privatización ilegal y corrupta de servicios públicos. La liquidación de la compañía de Luz y Fuerza del Centro emanó de la ilegalidad: el Poder Ejecutivo invadió esferas del Poder Judicial y del Poder Legislativo, se excedió ilegalmente en juzgar hechos de los que el propio gobierno federal era responsable, invalidó contratos laborales vigentes, ocupó policialmente instalaciones antes de cualquier laudo, sentencia o medida judicial, antes aún de su propia farsa de publicación oficial. El ataque concentrado, marrullero, al Sindicato Mexicano de Electricistas es un caso flagrante de violencia de Estado. Es un ejemplo ominoso del fortalecimiento de un gobierno que debilita para su conveniencia el sistema de derecho y la integridad misma del Estado. ¿Son los riesgos ya del Estado fallido? ¿Es el exceso en los servicios de inteligencia?
.
Carlos Montemayor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, de la Real Academia Española y de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas.
La Jornada, 26 octubre 2009
.
Tomado de: