jueves, 10 de febrero de 2011

Pronunciamiento de Carmen Aristegui sobre su salida de MVS

Pronunciamiento de Carmen Aristegui sobre su salida de MVS*
Carmen Aristegui.México DF, febrero 10 de 2011.
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Muy buenos días amigos ciudadanos, colegas y periodistas.
Me permitiré dar lectura a un texto que he escrito para asumir una postura pública sobre mi despedida del noticiero matutino de Noticias MVS ocurrida este fin de semana, asunto que ha generado múltiples muestras de solidaridad que desde aquí agradezco.
Este es un suceso que, si bien afecta la vida profesional y laboral de un grupo de personas, entre las que me incluyo… tiene una trascendencia mayor a ese mero alcance limitado… Sobre lo que quiero pronunciarme es sobre el alcance mayor de este evento que impacta de diversas maneras a la sociedad mexicana… Una sociedad que en estos días y horas ha dado muestras de determinación y capacidad de respuesta frente a un hecho que la agravia y que lesiona sus derechos fundamentales…
La vigorosa, fuerte y decidida voz de miles de personas en las redes sociales –Twitter, Facebook, otras modalidades y las manifestaciones en la calles son, en sí mismas, un gran acontecimiento… La gran noticia de que estamos vivos… De que los mexicanos a pesar de la espiral de violencia, muerte y horror que nos acompaña todos los días estamos aquí para reconocernos en el espejo y luchar por un México mejor…
Agradezco todas estas expresiones y celebro aquí, entusiasmada su existencia y el signo vital que las acompaña… Abrazo a quienes en todos los tonos y con diferentes lenguajes se han manifestado en contra de lo que a todas luces un hecho autoritario, desmedido e inaceptable… un hecho así, sólo es imaginable en las dictaduras que nadie desea para México… Castigar por opinar o por cuestionar a los gobernantes.
El tema nos pega a todos… No sólo nos afecta a nosotros como profesionales y a los ciudadanos a los que se les quita un espacio. .. se afecta también a este medio de comunicación y al grupo empresarial que desarrolla diversas actividades productivas a favor del país. Este grupo está encabezado por una familia a quien estimo y valoro. Fundada por uno de los hombres más queridos y respetados de la industria como fue Don Joaquín Vargas Gómez… Lamento sinceramente que sus nombres estén siendo acribillados en las redes sociales por la decisión tomada. Tenemos que preguntarnos, por qué sucedió esto y como fueron las cosas.
El pasado viernes 4 de febrero, en mi libre derecho de expresión formulé un comentario editorial que aludía a un incontrovertible hecho noticioso. A raíz de lo ocurrido en la Cámara de Diputados el día anterior, cuando un grupo de legisladores exhibió una manta con la foto de Felipe Calderón con los ojos enrojecidos en la que leía: “Tú dejarías a un borracho conducir tu auto? ¿No, verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?, naturalmente se produjo una gran rispidez que orilló a suspender la sesión en el recinto legislativo…
Había ahí ya una historia que contar a nuestras audiencias… Mi compañero Omar Aguilar presentó con gran profesionalismo ese hecho noticioso con pulcritud, con claridad y con suficiencia… jamás ocultó ni la manta, ni el contenido de la manta, ni a los autores de la manta… Ni truqueó nada para que televidentes y radioescuchas no se enteraran de lo que decía la manta… No trampeó a nadie y presentó al público, como el público merecía, todas las expresiones que en diferentes sentidos se emitieron al respecto… Nuestro auditorio quedó perfectamente informado del acontecimiento y con intolerancia que por sí mismas hablan de algún tipo de problemática… Que, por supuesto, también debe ser analizada.
Reconozco que el cuestionamiento era duro… pero de ningún modo injurioso o difamatorio… tampoco se transgredía en ningún punto al código de ética que ha sido aludido… Era simple y llanamente la formulación de una pregunta válida… Pregunta hecha por una periodista cuya intención quedaba perfectamente delimitada… El estado de salud y grado de equilibrio de un mandatario, por supuesto que es un asunto de claro interés público… La sociedad mexicana tiene derecho a saber con certeza, sin ofensas, sin caricaturizaciones sobre las condiciones de salud de quien ha tomado y seguirá tomando todos los días decisiones gravísimas que impactan sobre el destino de una nación. Y vaya que si ha impactado el destino de la nación las decisiones tomadas desde Los Pinos en este sexenio…
El motivo de mi despedida, se dijo, fue haberme negado a ofrecer una disculpa y transgredir el código de ética… Cosa que es falsa y se convirtió sólo en una coartada… En este momento no sólo no rectifico, ni me disculpo, porque no hay nada que disculpar, sino por el contrario ratifico la pertinencia de que la Presidencia de la Republica se manifieste al respecto…
Lamento sí, personalmente, que el Presidente y su familia se hayan sentido ofendidos por el cuestionamiento… no hubo, ni hay en la formulación de mi pregunta ninguna intención o ánimo de ofender… lamento que ellos se hayan sentido ofendidos… es claro que así ocurrió pero aún, así la pregunta sigue vigente…
El ejercicio del poder hace que las figuras públicas sean sujetas a escrutinios e interrogantes a los que no estarían sujetas otras personas por razón, precisamente, de sus responsabilidades y del impacto de sus decisiones…
En una democracia esto forma parte del juego… ¿No tuvo Bill Clinton que hablar del semen depositado en el vestido azul de una muchacha ante una audiencia de millones de personas?... ¿No acaso el estado de salud de Dilma Roussef fue motivo de debate público antes de llegar ser Presidenta que ahora es…? ¿Acaso no son las francachelas y excesos de Silvio Berlusconi materia del debate nacional…? ¿Por qué en México se castiga con el despido a una periodista quien se atreve a preguntar?... ¿Por qué en México los empresarios de los medios pueden ser sometidos a presiones indebidas para que silencien a sus comunicadores?... ¿Por qué la sociedad mexicana se tiene que conformar con una sola visión de las cosas?... ¿Por qué fatalmente tenemos que vivir con la existencia de un duopolio televisivo que no sólo envilece las pantallas con programas denigrantes y nocivos como los de reciente estreno, sino que es ya en si mismo un poder que ha dañado la vida democrática nacional?
¿Por qué México está entrampado en una espiral de degradación e infamia sin que hagamos nada al respecto?... ¿por qué como dicen los firmantes de una de las cartas de protesta publicadas en estos días… seguimos dejándolos conducir de esta manera al país?
¿Qué clase de democracia es esta que por un comentario editorial… que irritó al gobernante se le corta la cabeza a quien opinó?... ¿por qué desde el poder político pueden llevar las cosas al extremo, al escándalo, al conflicto, deliberadamente, hasta lograr hacerle las cosas imposibles tanto al empresario, como a la periodista ocasionando la ruptura?...
La pregunta es, ¿cómo es que pudieron elevar desde Los Pinos, el grado de exigencia pidiendo casi la humillación, por un hecho absolutamente sobredimensionado? ¿Cómo es que a un empresario a quien tenemos como decente lo llevaron a comportarse de esta manera… ¿cómo pudieron lograr que se sintiera obligado a tal punto como para exigirme la lectura de una carta –obviamente no escrita por mí, en términos que me eran ajenos y que por supuesto no empataban con lo que dictaba mi conciencia… para satisfacer la ira presidencial?... Una exigencia de la lectura indigna de esa carta que quien me la formuló sabía de antemano que yo la rechazaría… Se llegó a ese extremo.
Por el grado de vulnerabilidad en el que quedan quienes tienen negocios o concesiones en el mundo de las telecomunicaciones y los medios de comunicación… En este caso hay un conjunto de concesiones en juego… y la resolución final sobre lo que pase en ellas se encuentra en el cajón del Presidente. Lo que debería ser técnico, jurídico y legal, en la realidad es un asunto político y discrecional… La aprobación que ha pasado por todos los filtros legales y técnicos, para tomarse, está sujeta a la venia final del Presidente… y ni siquiera a la venia final del Presidente… Es decir a los poderes dominantes en las telecomunicaciones cuyo poder desmedido impide la entrada de nuevos competidores y a los que existen les hace la vida verdaderamente imposible…
Persiste a nuestros días, un elemento que condiciona y distorsiona la relación de los medios con el gobierno, que es esta discrecionalidad política en la toma de decisiones en materia de refrendo y otorgamiento de concesiones en el ámbito de las telecomunicaciones. Es esta una de las razones fundamentales por las cuales en México no se despliega a plenitud un derecho fundamental como el de la libertad de expresión…
Asuntos que deberían resolverse con la mayor certidumbre jurídica, en materia de plazos, planes de cobertura, plan de negocios y de inversión terminan siendo asuntos de decisión política y no de las áreas técnicas en la materia. Es el caso de las concesiones que en las banda de 2.5 gigahertz tienen varios operadores en el país del que MVS comunicaciones posee la mayoría de ellas. No obstante haber ya desahogado todos los requerimientos técnicos en materia de competencia, y de la opinión favorable de algunos comisionados de la COFETEL… y de la opinión favorable de la COFECO… y de tener a la espera –con riesgo de perderlas- cantidades millonarias de inversionistas nacionales y extranjeros… a pesar de tener todo en regla y un mercado demandante… indebidamente… inexplicablemente la decisión se ha retrasado por cinco años!…
Teniendo todo en regla… No hay razón técnica, tecnológica, jurídica, ni económica que hoy no esté suficientemente satisfecha. La única razón que hoy impide a MVS Comunicaciones desplegar una red nacional de ancho de banda para Internet que compita con los grandes conglomerados es total y absolutamente política…. Porque se coloca como una espada de Damocles en la vieja tesis autoritaria de la zanahoria y el garrote… Te portas bien, te refrendo tu concesión… te portas mal te la detengo, te la niego. Este es el ambiente de presión en el que se desenvuelve la relación no sólo de concesionarios con el gobierno, sino en el ambiente en lo que se desenvuelve el trabajo y el desempeño profesional de cientos de profesionales en su relación con las empresas de comunicación.
Esa es la batalla diaria. En la medida en la que los comunicadores y los empresarios batallan frente al gobierno, en esa medida las audiencias ganan o pierden información. Lo más grotesco y paradójico de esta realidad, es que los que más se benefician de esta herencia del viejo régimen son los grandes monopolios que ahora son capaces de mantener este diseño para evitar nuevos competidores. Y aquí aparece de nueva cuenta la enorme responsabilidad de un Poder Legislativo que ha preferido el mantenimiento de reglas no escritas en lugar de una legislación moderna que dé certidumbre jurídica a los empresarios, tutele los derechos de los periodistas y garantice el derecho a la información de todos los ciudadanos… Agradezco, por cierto, desde aquí el debate y los pronunciamientos que desde el Congreso se hicieron ayer por parte de los legisladores sobre el caso de nuestra despedida del Noticiero…
Sin embargo, no sirve mucho para la democratización de los medios de comunicación condenar la censura por un hecho como este, al mismo tiempo que se coexiste con leyes que podrían y deberían ser modificadas en beneficio de toda la población y no de unos cuantos…
Sobre este ambiente de presión del gobierno hacia algunas empresas de comunicación actúa un fenómeno aún más grave que el antiguo control estatal sobre los medios. Se trata del debilitamiento del Estado y de sus instituciones por virtud de una supeditación política que parte desde el Presidente de la Republica, atraviesa las Cámaras del Congreso, amplias franjas del poder judicial, órganos reguladores a manos de nuevos poderes informales o fácticos que han logrado imponer su lógica de chantaje e intimidación –porque eso es lo que es- que los ha llevado a niveles de audacia y en un cálculo de poder, para sustituir –por lo menos parcialmente a poderes de la República… Ahí está, por ejemplo, una telebancada en el Congreso, algunos sujetos reguladores capturadas por sus regulados…
Como nunca en la historia del Estado Mexicano se han dejado crecer a estos poderes en México que , han llegado al punto… a la osadía diría yo… de querer también apropiarse de la propia Presidencia de la República… De otra manera no se explicaría la multimillonaria inversión que han hecho de construirle una candidatura presidencial al gobernador mexiquense…
El trasfondo de lo sucedido en nuestro caso y que ha generado todas estas reacciones tiene que ver, precisamente, con este clima. Por esa razón es que una empresa decide, en sentido contrario a sus intereses, cancelar en el momento de mayor expansión; de mayor prestigio; de mayor influencia, un espacio de información crítica, de debate y opinión que ha sido valorado por anunciantes y audiencias… Por eso toma una decisión suicida.
Como tantas otras, esta es una empresa sometida indebidamente a una presión incompatible con un régimen democrático y de Estado de Derecho… Mientras no cambiemos las estructuras que están en la base de esta relación insana, los espacios con influencia crítica se ven permanentemente hostilizados y en su conjunto los medios de comunicación terminan por estandarizar o uniformar sus coberturas informativas. Se achata la libre opinión, se merma el debate y se inhibe la conducta crítica… Eso daña seriamente a la democracia y, por supuesto, los derechos fundamentales de las y los ciudadanos de este país.
¿Y bueno, me dirán, ahora que hacemos con lo sucedido? ¿Aceptamos lo sucedido que no le viene bien a nadie u optamos por la ética de la responsabilidad y buscamos un camino?... sin claudicar pero, sin exigir que el otro se arrodille…
Joaquín Vargas sabe perfectamente que yo no infringí ningún código de ética… sabe lo que sucedió, sabe que fue una coartada… sabe- porque las sufre todos los días- de las razones verdaderas que están detrás de esta decisión que está a punto de costarnos la cabeza… y digo a punto porque voy a plantearle una salida… digna, decorosa e inteligente… Ya sabrá si la toma.
Joaquín sabe como pocos de lo que estoy hablando… le digo a MVS que no le demos el gusto a los que saborean este fracaso…
Lo sucedido entre el viernes y el fin de semana entre Los Pinos, nuestras oficinas –no sé si también otras- a Destilería y el Meridien es algo que no se merece nadie, que nos daña a todos, y que para lo único que va a servir es para el desahogo absurdo de un berrinche presidencial y para beneplácito de los que prefieren que nadie compita, que nadie cuestiones o que se cuestione poquito.
No se lo merece un grupo de profesionales que estaba haciendo su trabajo que se ve brutalmente interrumpido… No se lo merecen, por supuesto las audiencias, no se lo merecen la familia Vargas porque han sido colocados en una disyuntiva perversa en donde tienen que calibrar como un grupo empresarial que les cuesta más frente al gobierno y poderes que lo presionan: si la cabeza de Aristegui o la banda de los 2.5 gigahertz… No se lo merece el país…
La Asociación Mexicana de Derecho a la Información, a la que pertenezco y que preside el maestro Raúl Trejo Delabre… ha dicho que la salida nuestra del aire es una pésima noticia para la sociedad mexicana… La decisión tomada es desafortunada para todos… “Pierde MVS cuya independencia editorial queda en entredicho debido a la suspensión de este espacio; pierde la periodista y su amplia audiencia. Pierde la Presidencia de la República, de donde surgieron las exigencias para que Carmen Aristegui se disculpara por el comentario que hizo el viernes 4 de febrero.”… AMEDOI exigió a la Presidencia “que con hechos, y específicamente en este caso, garantice el derecho a la libertad de expresión, así como el derecho de los ciudadanos a la información”… Solicitó a MVS “que reconsidere el despido de Aristegui” Y es exactamente lo mismo que solicito yo a ellos ahora desde aquí…
El país no está más para seguir perdiendo los espacios que hemos ganado; el país no está para que nos sigan regateando los derechos que nos pertenecen. México atraviesa por un momento crítico… el nivel de descomposición, de violencia y de debilitamiento institucional es profundamente grave… como para quedarse parado… No nos puede ganar el pasmo cuando el futuro de México se ha ensombrecido… Nos necesitamos informados, en alerta, críticos… no nos podemos dar el lujo de tirar por la borda lo ganado… ¿a cuenta de que lo justificaríamos?
Nuestra transición democrática ha adquirido un cariz trágico… Los niveles de violencia, de descomposición y de degradación de la vida pública están llegando a niveles de escándalo… La clase política mexicana que no ha estado a la altura de los retos y desafíos nacionales parece no darse cuenta del avance de estos nuevos fenómenos de poder que la han carcomido y debilitado como nunca antes… ¿Dejamos que sigan avanzando sin contraponer una fuerza social que, por lo menos los identifique, los discuta y los analice…?
¿Nos quedamos a la sombra de políticos sometidos a intereses particulares porque antes que gobernar bien, hay que salir en la tele… o de gobernantes timoratos e irresponsables que lejos de atemperar concentraciones monopólicos, las han hecho crecer más, creando monstruos de poder que los tienen sometidos… y frente a los cuales no se atreven a dar ni un paso…Esta mañana hago un llamado para revertir los efectos de este hecho ominoso…
Yo tiendo la mano y escucho a los que están en la calle y me dicen “tienes que regresar…”…Estoy dispuesta a regresar al aire este próximo lunes… siempre y cuando se cumpla una condición básica y única… Que MVS anuncie que retira de forma oficial el comunicado emitido junto con mi salida en el cual afirma falsamente que “transgredí, nuestro código de ética… y que promoví la difusión de rumores como noticias… Como consecuencia de ello pido que se publique otro comunicado oficial de la empresa en donde la valoración sobre mi integridad ética, que pretendieron dejar en entredicho quede resarcida.
Si MVS acepta hacerlo, se reconocerá tácitamente la naturaleza real de lo sucedido… Eso sería suficiente.
Joaquín lo sabe muy bien… que mi integridad profesional y ética nunca estuvo en entredicho realmente… que fue una coartada para tomar una decisión que le imponían… que el verdadero problema está en otro lado… Regresemos al aire y quedará evidenciado…
La Presidencia tendrá que hacer una valoración de lo sucedido… Serenamente.. Sin odios.. Con la serenidad que implica tomar decisiones a nombre de los otros… y aceptando, aunque no guste, que los ciudadanos y los periodistas tenemos derecho a preguntar… a inquirir y a criticar sobre lo que juzguemos pertinente.
Estoy aquí para hacer este llamado… Para revertir un hecho ominoso como el que sucedió… de manera digna, decorosa e inteligente.. Apostando por la verdad pero, sin romper o construido…
Mi estimado amigo Jorge Ramos, escribió hace algunos años un texto magnífico que tituló “El derecho a preguntar”… Recordaba ahí a la maestra Oriana Falacci quien decía que no debía existir ninguna pregunta prohibida. Todo se puede preguntar… con mayor razón si se trata de preguntarle a gente con poder…
Jorge contaba también de una entrevista realizada al Presidente Vicente Fox… había interrogantes en el ambiente de porque aparecía desanimado, sin ímpetu, sin grandes propuestas… el periodista le preguntó al mandatario… si con ello no alimentar rumores, sino tratando de clarificarlos… ¿“Toma Prozac”? le preguntó… Fox, miró al periodista y contestó simplemente “NO”… Por supuesto que no le gustó la pregunta pero, la contestó:… Tal como escribía Ramos: No hay pregunta prohibida… No hay pregunta tonta… Y cuando surge la oportunidad, hay que hacerla… Aunque sea la última vez…
A partir de aquí cierro mi comentario, no agregaría más porque el planteamiento está formulado y lo que resta es esperar las respuestas…
GRACIAS A TODOS Y BUENOS DÍAS…
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Carmen Aristegui
9 DE FEBRERO 2011
Ciudad de México
*Información difundida por el Área de Comunicación y Visibilidad de Cencos

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Carta de Denise Dresser al fundador de MVS Radio

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Estimado Joaquín:
Te escribo desde el desconcierto que me ha producido el despido de Carmen Aristegui, por la supuesta violación del código de ética de MVS. Yo he sido colaboradora de MVS radio desde hace dos años, como participante en la mesa política de los lunes. Siempre he agradecido el espacio, el apoyo y la libertad que durante ese tiempo nos brindaste allí. Siempre he pensado en ti como un hombre dispuesto a tomar riesgos, defender principios, asumir posiciones impopulares y enfrentarte al gobierno cuando ha sido necesario. Por ello me resulta aún más sorpresiva tu decisión, la cual corre en contra de tu biografía, la historia de la empresa y el perfil personal y profesional que has logrado construir. Me parece que has cometido un error grave, gravísimo, como resultado del cual todos pierden: pierde MVS, pierdes tú, pierde la libertad de expresión, pierde la Presidencia, pierde el país. He aquí las razones:
1) Nunca habrá un consenso sobre la decisión de Carmen Aristegui de abordar el tema de la manta en el Congreso —denunciando el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón— como lo hizo. Habrá quienes argumenten que informó sobre un hecho noticioso e hizo las preguntas pertinentes y habrá quienes digan que se excedió. Habrá quienes insistan en que tenía derecho a cuestionar a Felipe Calderón como lo hizo y habrá quienes repliquen que se equivocó. Habrá quienes subrayen que la salud mental de un presidente es un tema de interés público y habrá quienes contesten que es del orden estrictamente privado. Habrá quienes cuestionen a Carmen por darle validez a los planteamientos de Gerardo Fernández Noroña y habrá quienes digan que se volvieron informativamente importantes en el momento que suspendieron las labores del Congreso.
Independientemente de la posición que los lectores, radioescuchas y ciudadanos en general asuman, lo que queda claro es que no se despide a un periodista por hacer preguntas incómodas, airear temas controvertidos o hacer comentarios editoriales que generen escozor. De ser así, ningún periodista mexicano tendría empleo en este momento. Ningún periodista internacional hubiera sobrevivido a esa vara de medición. Rush Limbaugh ya hubiera sido despedido por acusar a Barack Obama de “musulmán”; William Safire hubiera sido despedido por llamar a Hillary Clinton una “mentirosa congenital”; Larry Rohter hubiera sido despedido por escribir acerca de los problemas con el alcohol que tenía Lula; Jorge Ramos hubiera sido despedido por preguntarle a Vicente Fox si usaba Prozac. Pero los despidos no se dan precisamente porque el valor fundacional de la libertad de expresión se protege por encima del interés empresarial o los sentimientos heridos del aludido.
2) Al emitir un comunicado en el cual aseguras que Carmen Aristegui “violó el código de ética” de la empresa, has generado una enorme —y legítima— suspicacia. En primer lugar, te verás obligado a hacer público ese código de ética, incluyendo la prohibición explícita de diseminar rumores como si fueran información, firmado por ella. Y si no lo produces, seguirás alimentando la especulación que te rodea. Que si te llamaron de Los Pinos para exigir una disculpa y por ello se la demandaste a Carmen. Que si querías hacerle un favor al gobierno —entregándole la cabeza de Carmen en bandeja de plata— a cambio de la renovación y la ampliación de tus concesiones. Que en el momento de obtenerlas lo primero que harás será vendérselas a Carlos Slim. Que desde hace un buen tiempo sentías que la presencia de Carmen en MVS era una amenaza a tus intereses empresariales y que, en el fondo, su despido en este momento fue tan sólo un pretexto. Esto es lo que se dice sobre ti de manera reiterada. Esto es lo que sale a colación cada vez que se menciona tu nombre. Con una reacción sobredimensionada y colérica, has logrado empañar de golpe tu reputación y la de tu familia. A partir de hoy serás visto como un censor, un represor, un hombre intolerante. Alguien que no entiende los principios que la democracia —para sobrevivir— necesita resguardar.
Y aunque niegues la presión de la Presidencia, será tu palabra contra la de Carmen Aristegui. Será tu versión de los hechos contra la de ella. Y en esa confrontación llevas todas las de perder, porque había muchas formas de darle una salida a este problema. MVS pudo haber emitido un comunicado de prensa diciendo que la posición expresada por Carmen no constituía la posición oficial de la empresa, punto final. Pero al exigirle a Carmen que leyera una disculpa redactada por ti, cerraste la puerta a una mejor solución para todos los involucrados.
3) Si tu objetivo era congraciarte con Los Pinos, en realidad le has enviado una manzana envenenada. Las protestas por parte de la Presidencia serán vistas como un esfuerzo fallido por negar su involucramiento. Si Felipe Calderón no te pidió una disculpa por parte de Carmen Aristegui, la percepción entre los millones de radioescuchas de MVS en este momento es que así fue. Si Felipe Calderón no tiene un problema de alcoholismo, después de este sainete será aún más difícil convencer a la opinión pública de lo contrario.
Hoy el Presidente se enfrenta a un grave problema de imagen. El que da la impresión de irritarse demasiado, negar demasiado, exigir disculpas y demandar cabezas tan sólo confirma la acusación lanzada en su contra. Y tú, Joaquín, al actuar como lo has hecho, has contribuido a crear esa percepción. Tu comportamiento, efectivamente, ha sido suicida. Y eso, como bien dijo Carmen Aristegui en su conferencia de prensa, no lo merece tu familia, no lo merece MVS, no lo merecen los ciudadanos, no lo merece México. Como colaboradora de MVS, como alguien que ha aplaudido la independencia y el valor civil de la empresa en el pasado, como ciudadana mexicana consciente de sus derechos y dispuesta a pelear para defenderlos, te pido que reconsideres tu postura y pares un proceso que se ha revertido en tu contra.
Como escribió la novelista Pearl Buck, ganadora del Premio Nobel, “cada gran error tiene su punto medio; ese segundo cuando puede ser retractado y quizás remediado”. Ese momento ha llegado para ti, Joaquín. Ojalá apeles a los mejores ángeles de tu naturaleza, en lugar de sucumbir a los peores demonios que te han poseído en los últimos días.