viernes, 12 de noviembre de 2010

Política y narco...


La narcopolítica, grave amenaza a la salud de la República
Mireille Roccatti
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El Sol de México
12 de noviembre de 2010
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Multo quam ferro língua atrócior ferit // La lengua hiere mucho más atrozmente que el hierro
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La declaración del Titular del Ejecutivo Federal en vísperas de partir a Corea para asistir a la reunión del G-20, respecto de la infiltración del dinero sucio del narcotráfico en la política, es sumamente delicada y debe tomarse con la mayor seriedad posible. Es de esperarse que el presidente Calderón no la haya emitido con frivolidad y desparpajo, como ha sucedido en ocasiones previas y desde luego que por su formación profesional como jurista en caso de contar con información fehaciente, pruebas indubitables o solamente indicios, proceda a hacerla del conocimiento del órgano investigador, en este caso la PGR, para que se inicie la indagatoria correspondiente y de resultar procedente se consigne al ente el órgano jurisdiccional competente.
Sería lamentable que esta declaración pasara a formar parte del rosario de ocurrencias presidenciales y sólo se recordará en el anecdotario de lo trivial y expresado sin previa valoración, amén de la seriedad que implica emitir un juicio de esa naturaleza. Lo sería aún más, teniendo en cuenta los precedentes de lo expresado en París, hace algún tiempo por Gerardo Ruiz Mateos, entonces Secretario de Economía y ahora de regreso a Los Pinos, quien aseguro que existía el peligro de que el próximo Presidente de la República, pudiera ser una gente ligada al narco, o también lo manifestado por el encargado del CISEN, de que el narco podría haber infiltrado el poder legislativo.
Es cierto que desde hace decenios, la vox populi, ha señalado a políticos de todos los pelajes y colores, incluso presidentes o gente de su primer círculo, como cooptados por el narco y más recientemente en los años 80's fuentes cercanas al gobierno estadunidense señalaron difamatoriamente al propio presidente De la Madrid, así como a los entonces secretarios de Gobernación y de la Defensa Nacional, sin que se les pudiera probar nada, pero tampoco recibir una exoneración oficial. Aunque en justicia habrá que decir que siguieron visitado el vecino país del norte y alguno de ellos aun lo hace, sin que los persiga la justicia.
En todo caso, excepto por la prisión que aún sufre en los Estado Unidos, después de haber sorteado los procesos a los que fue sometido por la justicia mexicana el ex - Gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva; los rumores y trascendidos que involucran a diversos personajes políticos de la iniciativa privada, han quedado en eso, tan sólo señalamientos.
Es cierto también que el peligro de que el narcotráfico permee la esfera política ha sido considerado desde hace tiempo, baste recordar que las prerrogativas que se otorgan dispendiosamente a los partidos políticos tuvieron su justificación en evitar la llegada de dinero sucio a las campañas electorales. La diferencia, de lo que hoy comentamos, ciertamente no menor, porque ahora el señalamiento proviene del propio Presidente de la República y no puede quedar al aire.
Es cierto asimismo, que en tiempos recientes sobre todo en tiempos electorales, algunos "spin doctors" del régimen filtran la especie de que está por ejercerse acción penal en contra de algunos connotados políticos o de "algún gobernador del norte del país", sin que hasta ahora se hubiera concretado nada. Por otra parte, habría que señalar que también vox populi, señala ahora mismo a diversos gobernadores, presidentes municipales, procuradores, jefes de policía, comandantes militares e inclusive miembros del gabinete presidencial como coludidos con los carteles del narcotráfico. Y tampoco puede soslayarse la infinidad de mantas colocadas en todo el territorio nacional por las bandas delincuenciales acusando a algunos de los anteriormente mencionados como involucrados como favorecedores de las bandas antagónicas. No deja de llamar la atención que en ocasiones la autoridad acude presurosa a investigar e inclusive se apoya en dichos indicios para proceder legalmente y en otras olímpicamente los ignore.
Es indudable y en ello coinciden todos los expertos que en donde existe corrupción policíaca, existe cobertura política. Esta complicidad es ineludible, y en contra de ella se debe actuar legalmente y sin cortapisas. Lo que tenemos que evitar es el manejo faccioso de la justicia, en el cual se utiliza a las instituciones de procuración de justicia, la federal y las estatales, como ariete para venganzas políticas. El caso del denominado michoacanazo es una pruebe indubitable.
Por salud de la República, sería lamentable que estuviéramos en una reedición de una estrategia electorera en la cual se buscara calumniar e infamar a los adversarios para ganar elecciones. Los procesos electorales del 2011, por muchas razones deben ser transparentes y confiables, enturbiarlos sólo complicaría el relevo presidencial del 2012 y cuidado porque quien juega al pirómano, suele resultar incinerado.

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